París. La movilización número 17 del movimiento de protesta registró este sábado una baja asistencia en el evento central, convocado en la capital francesa, pese a que los impulsores lanzaron la consigna para que se realizara un acto decisivo. Al final de la marcha, la policía disparó gas lacrimógeno y chorros de agua, mientras algunos de los presentes con la cara pintada de negro y banderas negras, se negaban a abandonar la emblemática avenida Campos Elíseos, donde horas antes inició una marcha pacífica. Para los chalecos amarillos, el objetivo de marzo es dar un nuevo impulso al movimiento y aumentar la presión sobre el presidente Emmanuel Macron, y convocaron a toda Francia a una nueva protesta para dar un ultimátum al gobierno al día siguiente del fin del gran debate nacional impulsado por el Ejecutivo.