Opinión
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De Tecuichpo a Cárdenas
I

nteresantes historias guardan los terrenos que actualmente ocupa la que fuera residencia presidencial conocida como Los Pinos. En alguna ocasión hablamos de la princesa Tecuichpo, primogénita del emperador Moctezuma, quien fue esposa sucesivamente de los monarcas mexicas Cuitláhuac y Cuauhtémoc. Tras la conquista, fue bautizada con el nombre de Isabel y se casó con tres españoles.

Cortés le otorgó la encomienda de Tacuba, que incluía Chapultepec. Al paso de los siglos los herederos vendieron tierras; en las partes bajas, donde llegaba el agua de las sierras, se establecieron trapiches para triturar trigo, entre otros uno perteneciente a la Corona que se denominó Molino del Rey.

En el siglo XIX era parte de un rancho que adquirió Manuel de Pablo Martínez del Río. El rico terrateniente lo bautizó La Hormiga, debido a que era la más pequeña de sus propiedades. Mandó construir un gran chalé estilo inglés, caballerizas, capilla y un pequeño lago.

La ubicación de la finca, junto al Paseo de la Reforma, acceso directo al Castillo de Chapultepec, residencia oficial del Presidente de la República, lo volvió un sitio estratégico para la clase política.

Sin más, en 1916 el presidente Venustiano Carranza ordenó la expropiación del rancho La hormiga. Se instalaron los generales Álvaro Obregón, secretario de Guerra y Marina de Carranza, y tiempo después Plutarco Elías Calles, secretario de Gobernación.

Por su parte, los afectados contrataron a los mejores abogados e interpusieron todos los recursos legales para recuperar su propiedad. Los juicios duraron muchos años, hasta que finalmente en febrero de 1923 ganaron los descendientes de Martínez del Río.

Esto llevó al entonces presidente Álvaro Obregón a ordenar la compra de la propiedad a la familia. Nuevamente fue hogar de generales: Manuel Pérez Treviño, jefe del Estado Mayor de Obregón, y después Joaquín Amaro.

En 1929 la dejó Amaro y hasta 1934, en que llegó a la presidencia el general Lázaro Cárdenas, la finca quedó medio abandonada. En su toma de posesión declaró que no viviría en el Castillo de Chapultepec como sus antecesores, ya que consideraba que era un lugar muy ostentoso. Ordenó convertir el recinto en un museo al que pudiera tener acceso la ciudadanía.

Para vivir decidió habilitar el rancho La Hormiga, que le atraía por su ubicación dentro del bosque de Chapultepec. Lo renombró Los Pinos, en recuerdo del apelativo de la huerta de Tacámbaro, Michoacán, donde conoció a la que habría de ser su esposa, Amalia Solórzano. Otra razón era que consideraba que La Hormiga no era un nombre apropiado para la residencia presidencial.

A partir de esa fecha, 14 presidentes la habitaron y cada uno de ellos realizó modificaciones para adaptar Los Pinos a sus necesidades y estilo de vida.

Algunas de las más significativas fueron las que realizó Miguel Alemán Valdés, quien se instaló con su familia en abril de 1946. Decidió que se necesitaba una residencia de mayores dimensiones y más lujosa. Se diseñó una majestuosa construcción estilo francés de 5 mil 700 metros cuadrados.

Al siguiente presidente, Adolfo Ruiz Cortines, nunca le agradó la suntuosa residencia, por lo que ordenó la edificación de una tercera casa más sencilla que hoy lleva su nombre.

El presidente Vicente Fox remodeló unas casas dentro de la vasta propiedad a las que llamó cabañas y las ocupó con sus hijos y nueva esposa.

Ahora, el presidente Andrés Manuel López Obrador decidió no vivir en Los Pinos y abrir la que fuera residencia de los mandatarios a la ciudadanía. Se ha dicho que se va a dedicar a la cultura; en tanto se define el proyecto ya se puede visitar. Es una experiencia interesante y entretenida que ha atraído a miles de visitantes.

Muy cerca se encuentra, desde 1904, la cantina restaurante El Mirador, un tanto escondida frente al bosque de Chapultepec, sobre avenida Constituyentes. Se come muy bien. Algunos favoritos: ceviche de caracol, quesadillas de pancita blanca y epazote, puntas de venado, caldo Mirador, revive muertos y la paella Mallorquina: ¡única!