Sociedad y Justicia
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Nubes de moscas acosan a la gente

Cáncer, problemas estomacales y urinarios son comunes en Tula
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▲ Los pobladores opinan que la incidencia de enfermedades se debe a la contaminación generada por las empresas que arrojan sus desechos al río Tula.Foto Fernando Camacho Servín
Enviado / II De II.
Periódico La Jornada
Lunes 31 de diciembre de 2018, p. 30

Tula, Hgo., Con los ojos rojos y la garganta irritada, Evelia Guillermina mira el terreno cercado donde se acumulan miles de litros de un lodo hediondo cuya composición nunca supo, pero que se encargó de limpiar durante cuatro años en la planta de tratamiento que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) tiene en el municipio de Atotonilco.

“Éramos mil usos, andábamos limpiando lodo y todo eso lo respira uno. Dan guantes, pero no duran, porque tantito agarra uno y ya se rompieron. Y así hay que tocar el agua, y la peste no crea que se va rápido: penetra en las uñas, en las manos. Lo que agarres después huele feo”, recuerda la mujer.

Los años de trabajo de Evelia en la planta de la Conagua terminaron por una lesión que tuvo en un pie, pero también después de que su cuerpo comenzara a resentir los estragos de respirar y tocar los químicos que lleva el río Tula.

“Me dieron de baja porque ya empezaba con detallitos: que la garganta me dolía a cada rato, que empezaba con dolor de riñón. El doctor me dijo: ‘Usted agarró una bacteria muy fuerte’, y ahora resulta que me tienen que operar, porque me creció bastante el hígado”, relata.

Además del hedor que desprenden los lodos que se secan al sol sin ningún tipo de protección, los cuales provocan náuseas y dolores de cabeza, Evelia y muchos otros vecinos de esta zona del estado de Hidalgo deben soportar las nubes de moscas que acosan a la gente y a los animales, y que, a decir de muchas personas, no pican: muerden, y en la mordida, te sacan sangre.

Estos insectos, además, dejan larvas en las ronchas. Uno está platicando y casi se nos meten las moscas a la boca, y no son chiquitas. Los pobres animales se revuelcan en el suelo para tratar de librarse de las picaduras, añade.

Historias como ésta se han vuelto comunes en Tula y sus alrededores. La gente se enferma mucho aquí, ¡muchísimo! De alergias y principalmente de cáncer, además de enfermedades estomacales y urinarias, asegura Saúl Basurto, integrante de la Red de Conciencia Ambiental Queremos Vivir, opositora al plan de la Conagua de ampliar el río Tula para enviar allí más aguas residuales de la capital del país.

Si bien no hay estudios que lo demuestren de forma terminante, muchos pobladores consideran que la alta incidencia de estas enfermedades se debe a la contaminación del aire, el agua y la tierra generada por las múltiples empresas que arrojan sus desechos industriales en el río, entre ellas Petróleos Mexicanos, la Comisión Federal de Electricidad y varias compañías textileras, cerilleras y cementeras.

Todas esas descargas –la mayoría sin tratar– se juntan con los desechos orgánicos provenientes de Ciudad de México y su zona conurbada, y van a parar a la presa Endhó, que recibe alrededor de 3 mil 456 millones de litros de aguas negras por día. El hedor se percibe a mucha distancia.

Aunque no tienen elementos para probarlo, los integrantes de la red Queremos Vivir consideran que el verdadero objetivo de traer aquí más aguas negras de las que ya hay, en realidad es enviarlas por el cauce del río Tula –que después se transforma en el Moctezuma y luego se encuentra con el Pánuco– para utilizarlas en la explotación de yacimientos de gas shale en el noreste del país, aunque el gobierno federal ya anunció que la técnica del fracking será prohibida.

Sea por tal razón o por cualquier otra, Luz María Oviedo, quien desde hace cinco años se dedica a limpiar los árboles de las plagas que genera la contaminación, se niega a que los pueblos de la región sigan expuestos a tan altos niveles de tóxicos. Somos seres humanos, no cucarachas de alcantarilla, ¡ya basta de que a Hidalgo se vaya todo lo dañino!, dice.

Para frenar la contaminación del río Tula y aprovechar su cauce de manera racional, los vecinos inconformes con el proyecto de la Conagua tienen un plan alterno que comprendería aprovechar mejor las aguas residuales de la capital –ya tratadas y separadas de los desechos industriales– para utilizarlas en diversos ejidos y distritos de riego, como de hecho ya ocurre en sembradíos de la zona.

En su momento, este diario solicitó a la anterior administración de la Conagua un posicionamiento con respecto al tema, sin haber obtenido respuesta.