Domingo 2 de diciembre de 2018, p. a10
Buenos Aires. El equipo argentino River Plate ratificó ayer su rechazo al “cambio de sede” para el partido de vuelta final con Boca por la Copa Libertadores, aunque el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, afirmó que “la pelota no se puede parar”, tras la orden de la Conmebol de jugarlo en Madrid el 9 de diciembre.
El club millonario “ratifica su rechazo al cambio de sede” al entender que “la decisión desnaturaliza la competencia, perjudica a quienes adquirieron su boleto y afecta la igualdad de condiciones a partir de la pérdida de la localía”, según un comunicado en su página web.
Consultado Infantino por la nueva protesta riverplatense, respondió que “la Conmebol va a tener que tomar una decisión”. En el contexto de la cumbre del G20 en Buenos Aires, dijo que su convicción “es que se tiene que jugar, la pelota no se puede parar. Hay unos idiotas que arruinan la fiesta. Hay que encontrarlos y sacarlos”.
River Plate reiteró que no fue responsable de la agresión a pedradas contra el autobús que trasladaba al plantel xeneize al estadio Monumental el 24 de noviembre y que los hechos ocurrieron por “una falla del operativo de seguridad”.
La ida se había disputado en el estadio La Bombonera y empataron 2-2. La Conmebol dispuso esta semana que se juegue en el estadio Santiago Bernabéu el 9 de diciembre, en Madrid.
Hinchas, dirigentes, medios y futbolistas argentinos han coincidido en que es “una vergüenza y una humillación” que el superclásico más importante de todos los tiempos se juegue fuera del país.
El club también evocó que “más de 66 mil asistentes al estadio aguardaron pacientemente” y que “a esos mismos espectadores se les niega ahora –injustificadamente– la posibilidad de presenciar el espectáculo, en virtud de la evidente diferencia de costos y la distancia propia de la sede elegida”, cuestionó.
Cientos de hinchas de River protagonizaron ayer un banderazo frente al Monumental enojados por perder la localía, entre cánticos de apoyo a River y de rechazo a la decisión de la Conmebol.
El presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, presente en la cumbre del G20, dijo al respecto que para su país “es un honor albergar” el encuentro y que se va a “desplegar todo un aparato de seguridad”.