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Carolina del norte aún espera lo peor

Más de 30 muertos, saldo de Florence en costas estadunidenses

Los daños superan a los de Katrina y Harvey

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▲ Rescate de residentes en Spring Lake, Carolina del Norte, donde más de una decena de ríos se han desbordado.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Martes 18 de septiembre de 2018, p. 24

Fayetteville. Florence, que el viernes pasado entró por el sureste de Estados Unidos como huracán, comenzó este lunes su recorrido hacia el norte del país tras su devastador paso por Carolina del Norte, que aún espera lo peor. Vastas zonas del sureste de Estados Unidos estaban inundadas tras su paso, que causó la muerte de al menos 31 personas y daños estimados en miles de millones de dólares.

Degradado a depresión tropical, Florence sigue provocando fuertes lluvias con inundaciones catastróficas en Carolina del Norte y del Sur y posibles inundaciones repentinas en Delaware, Maryland y Pensilvania, indicó el Centro Nacional de Huracanes.

El Servicio Meteorológico Nacional señaló que Florence continuará debilitándose al avanzar hacia el noreste este martes, pero pronosticó lluvias intensas y abundantes inundaciones en las Carolinas y el sur de Virginia en los próximos días.

Las autoridades reportaron que 31 personas han muerto, 24 de ellas en Carolina del Norte

El riesgo de deslaves y fallas en represas persiste, advirtieron las autoridades, que también emitieron alertas por tornados en las Carolinas.

Es una tormenta épica que no ha terminado; algunas áreas aún no han sufrido la peor inundación, dijo Roy Cooper, gobernador de Carolina del Norte, al señalar en rueda de prensa que se trata de un ”desastre monumental”.

Más de una decena de ríos en Carolina del Norte estaban desbordados o amenazaban con subir a niveles críticos, y medio millón de hogares en las Carolinas seguían sin electricidad este lunes.

Wilmington, una ciudad portuaria de 117 mil habitantes, estaba casi totalmente aislada por tierra, pero los socorristas lograron transportar 23 camiones con alimentos y agua embotellada para abastecer a la población.

En Leland, ciudad al norte de Wilmington, las casas y los negocios desaparecieron bajo el agua, que subió hasta tres metros sobre la carretera. Rescatistas y voluntarios sacaron a los residentes varados en botes. Muchos caminos quedaron intransitables.

En Pollocksville, pueblo de Carolina del Norte afectado por el desborde del río Trent, 21 personas y siete perros fueron desalojados por socorristas.

Entre las ciudades más afectadas por las lluvias se encuentran también Elizabethtown, Swansboro y Gurganos.

En Raleigh, la capital estatal, más de 300 personas fueron alojadas en un refugio de la Cruz Roja instalado en un campus universitario.

Aunque las condiciones mejoraran, las autoridades han solicitado a la población no desplazarse todavía debido al riesgo de inundaciones repentinas que podrían dejar atrapados a los automovilistas.

El presidente Donald Trump firmó el domingo una declaración de desastre natural para Carolina del Sur, que permite disponder de ayuda federal adicional. El gobernante dijo la semana pasada que viajaría pronto a las áreas afectadas.

La empresa de análisis financiero CoreLogic estimó que el daño causado por Florence se acercará a los 170 mil millones de dólares, superando las pérdidas de Katrina en 2005 y Harvey en 2017.

Sin embargo, señaló que los inversionistas consideran el daño por huracanes como un evento localizado que termina inyectando crecimiento económico en la región.

En términos de bienes asegurados, la compañía KCC calculó una pérdida cercana a 2 mil 500 millones de dólares, incluyendo daños en edificios residenciales y comerciales, así como en automóviles.