En la primera etapa de la secretaría de Seguridad Pública (área adscrita este sexenio a Gobernación y que será una nueva dependencia en el próximo), el equipo del gobierno electo no aplicaría cambios sustanciales a la Policía Federal (PF).

Fuentes gubernamentales dijeron que en las mesas de transición no se ha expuesto hasta ahora un escenario de reforma sustancial. Más bien su prioridad es saber con qué cuentan para echar a andar la (nueva) secretaría, indicaron.

El jueves pasado se reunieron los jefes de las siete divisiones de la PF –encabezados por el titular de esta corporación, Manelich Castilla– con los próximos funcionarios y asesores. Esto es, los jefes de Seguridad Regional, Inteligencia, Fuerzas Federales, Antidrogas, Científica, Investigación y Gendarmería.

En el trabajo de recepción de información sobre los recursos humanos y materiales en materia de seguridad está al frente el próximo titular de la SSP, Alfonso Durazo, así como Alejandro Gertz Manero, quien ya hizo este trabajo hace 18 años para la naciente SSP en el sexenio de Vicente Fox (2000-2006).

Las fuentes consultadas dijeron que los enviados del gobierno electo y los actuales trabajan en un ambiente muy cordial. Los próximos funcionarios tienen el objetivo de llegar al primero de diciembre (inicio del sexenio de López Obrador) con información suficiente para anticipar escenarios.

Ellos están actuando con mucha responsabilidad en el sentido de solicitar información para que el primer día de gobierno ya estén trabajando en temas concretos.

A partir de la mesa del jueves se designaron enlaces para distintas áreas, tanto para asuntos ordinarios como para la entrega de información estratégica. No ha habido una sola reunión con ellos en la que haya habido crisis por algún motivo; ayer estuvimos con todos los jefes de las divisiones y todo ha salido bien. Gertz Manero expresó su respeto y reconocimiento a lo que hay actualmente, pero es lógico que el próximo gobierno tendrá una línea política distinta, agregaron las fuentes.

La PF tiene 37 mil 331 efectivos, 27 mil más que en 2006, y según informes oficiales su estructura es básica en la actual estrategia. En menos de un año participó en 87 mandatos ministeriales, 140 operativos antidrogas, aseguramiento y detención de casi 100 personas.

En el año reciente ha estado en siete operativos especiales regionales y estatales, en las zonas de mayor crisis y, a partir de enero, el Escudo Titán, el cual –según reportes de Gobernación– ha logrado la contención y disminución de delitos de alto impacto en regiones del Pacífico, en especial Los Cabos; sin embargo, la incidencia de homicidios dolosos sigue con el registro de niveles sin precedentes en 21 años.

En cuanto a las acciones en campo, los uniformados de la PF son enviados a distintos puntos, según la movilidad de la incidencia delictiva. En el año reciente se iniciaron –o reforzaron– los siguientes operativos: Estrategia de Seguridad Tamaulipas; Juntos por el estado de México; Operativo Coordinado Michoacán; Guerrero Seguro; Laguna Segura; Operativo Especial Jalisco, y operativo especial Tierra Caliente.

A eso se agregó el Operativo Titán, cuyo objetivo es detener a presuntos delincuentes y concluir procesos de desarticulación de bandas criminales.