Lo mínimo que la familia de Joel Sebastián Meza García, uno de los estudiantes gravemente herido el 3 de septiembre en la explanada de Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pide después de este episodio, es cárcel para los agresores, señaló Mónica García Severino, su tía.

El estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM permanece internado en el Centro Médico Nacional Siglo XXI y se encuentra recuperándose de una cirugía que logró salvar su riñón, el cual fue perforado.

Lo más importante ahora es Sebastián, refiere García Severino, quien se ha mantenido en constante comunicación con su hermana, Margarita García, para conocer de la evolución de su sobrino.

Ha sido una pésima experiencia para Sebastián y la familia, mencionó Mónica García; sin embargo, espera que este episodio ayude a que en el país se tenga conciencia del cuidado que requieren los jóvenes; “que efectivamente estemos pendientes de ellos y que las instituciones –ya sea el Politécnico, la UNAM o una escuela particular– cuiden de los chicos”.

Tras el ataque de grupos de choque conocidos como porros en contra de jóvenes estudiantes, lo deseoso es que la UNAM refuerce su vigilancia, pero que el personal sea eficiente y cumpla con su labor de proteger al alumnado, no para criminalizarlos ni permitir que delincuentes entren a los planteles y hagan lo que quieran, señaló Mónica Gacía.

Lo que ocurrió es una brutalidad. Fue intento de homicidio, por ello, para García Severino es importante que haya garantía de no repetición y se investigue quién está detrás de estos grupos; quiénes son y saber por qué los han permitido los rectores que han pasado por la UNAM.

Sobre el estado de salud de Joel Sebastián, su tía informó que éste permanece estable, pero todavía en terapia intensiva.