orpresa! Todo apunta a que un itamita –proveniente de la cantera de Bailléres que el ahora presidente electo criticó ácidamente– habría sido designado por el propio López Obrador para dirigir una de las instituciones de mayor relevancia social en el país: el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit).

Allá por 2016, vía Twitter, Andrés Manuel afirmó que “los egresados del ITAM son responsables de la tragedia nacional, de la caída de la economía, y han dañado mucho al pueblo y al país. Hay rarísimas excepciones (…), pero por lo general son malos técnicos que se creen científicos. Además, y eso es lo más lamentable y reprobable, son corruptos. Son muy hipócritas los conservadores, son corruptos. Si fuesen buenos técnicos no estaría la economía de México como está”.

Pero ahora, ya como presidente electo, y cada día más cercana su toma de posesión, López Obrador parece que modificó el perfil del futuro director general del Infonavit, y le echó ojitos a un itamita de esos que son malos técnicos que se creen científicos, que difícilmente podría formar parte de las rarísimas excepciones, de acuerdo con su propia definición.

¿Qué pasó allí? ¿Cómo fue la jugada? ¿Muchas presiones o resbalones? ¿Parte de la política de cuotas? ¿Jaloneo por los huesos? ¿Tal vez algún futuro secretario metió la mano, como por ejemplo Román Meyer Falcón, propuesto por AMLO como titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Urbano y Territorial?

Quién sabe, pero el hecho es que apenas dos meses atrás el propio Andrés Manuel anunció que el urbanista Juan Carlos Zentella Gómez, egresado de la UNAM (con maestría y doctorado), sería el director general de la citada institución, por ser, decía, la persona idónea que llevaría a la práctica la política de vivienda social concebida por el gobierno entrante.

De hecho, el futuro secretario de Comunicaciones y Transportes del gobierno de AMLO (siempre que de aquí a la toma de posesión no se cuele otro itamita), Javier Jiménez Espriú, se expresó de maravilla de Zentella y dijo que éste ha venido a contribuir con su experiencia, la cual, por lo visto, no le sirvió de mucho.

Así, todo apunta a que Zentella Gómez quedó fuera de la jugada y no será el sucesor de David Penchyna. En su lugar al Infonavit arribaría Carlos Martínez Velázquez, un joven (33 años) politólogo y economista del ITAM, que entre sus gracias se cuenta la de ser consejero editorial de un periódico de derecha. Ha participado, como asesor, en la Comisión Federal de Electricidad, la Procuraduría Federal del Consumidor y la Secretaría de Economía.

El Infonavit nació en el sexenio de Luis Echeverría, y su primer director general fue Jesús Silva Herzog Flores (alias El diamante negro), egresado de la UNAM e hijo de don Jesús Silva Herzog, pieza fundamental en la expropiación petrolera decretada por Lázaro Cárdenas.

Por la dirección general del Infonavit han pasado funcionarios de chile, dulce y manteca: desde el citado Silva Herzog hasta Emilio Gamboa; desde Gonzalo Martínez Corbalá hasta José Francisco Ruiz Massieu. Con todo, más allá de corruptelas y errores, se trata de la institución del Estado mexicano que mayor número de créditos a la vivienda ha procurado para los trabajadores.

Pero serenos, que con la cuarta transformación quedará en manos de un itamita.

Las rebanadas del pastel

Sigue la mata dando: el Inegi informa que en agosto de 2018 la inflación fue de 0.58 por ciento (la mayor en una década para el mismo mes), para una tasa anualizada de 4.9 por ciento. Como es costumbre el mayor aumento de precios se dio en los productos de la canasta básica: 0.72 por ciento en el octavo mes del año, para una tasa anualizada de 7.68 por ciento. Lo mejor del caso es que el gobierno saliente se comprometió a reducir sustancialmente dichos indicadores antes de entregar las llaves de Los Pinos.

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