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Chico Buarque: Caravanas
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Periódico La Jornada
Sábado 8 de septiembre de 2018, p. a16

Chico Buarque posee el don de la palabra. Por eso escribió 5 mil versos en su pieza Gota d’agua, rimados y metrificados. Por eso escribió seis novelas de calidad de premio Nobel. Por eso construyó Construcción, su obra maestra, con endecasílabos y proparoxítonos: acentos de intensidad en la antepenúltima sílaba: esdrújulos, en tres segmentos textuales autónomos, los dos primeros con 17 y el tercero con siete versos para que en las repeticiones se pueda desarmar el artefacto para volverlo a armar, a amar, de manera diferente, y crear un sistema de símbolos, imágenes poliédricas y fascinación prosódica.

Por eso, porque posee el don de la palabra, guardó silencio seis años, luego del que era su último disco, Chico, de 2011, para regalarnos el más reciente: Caravanas, de 2017, que se consigue en Spotify y iTunes; les convido probadita:

https://goo.gl/UP1BWb

Esa, Tua cantiga, es la primera de las nueve piezas que pueblan Caravanas, título del disco y proveniente de la pieza final, obra maestra y hela aquí:

https://goo.gl/ZJMfCK

Recita/decanta/enuncia/encanta el poeta en la canción As caravanas:

Sol
A culpa debe ser do sol que bate na
moleira
O sol que stoura as veias
O suor que embaça os olhos e a razão
E esa zoeira dentro da prisão
Cioulos empilhados no porão
De caravelas no alto mar

El nuevo disco de Buarque es una obra maestra. Los apresurados dirían que es la típica obra de madurez, equivocados: es un universo en expansión.

Es el chico que conocimos grande desde el principio porque desde chico, Buarque enarbola el bastón del poder de la palabra.

Maestro de la prosodia, Merlín de las palabras. Las inventa, acaricia, modela, modula, modera, masifica, las marea:

Quando te der saudade de mim
Quando tua garganta apertar
Basta dar um suspiro
Que eu vou ligeiro
Te consolar

Es la métrica curveada de la pieza inicial, Tua cantiga, donde lanza lances de amor como un perfume:

Se o teu vigia se alvoroçar
E, estrada afora, te conduzir
Basta soprar meu nome
Com teu perfume
Pra me atrair

El nuevo disco de Chico Buarque es una caricia, un soplo con tu nombre, el color rosado en tus mejillas en el instante del amor.

La bossa nova lo perfuma, el violão lo solivianta, el bolero lo acaricia, el vals sobre las baldosas de París lo contonean, la samba lo encandila. La voz y la guitarra de Francisco de Holanda bastan para el vasto vellocino dorado en que convierte nueve navíos natos, nítidos, netos nacidos en altamar. Nueve piezas magistrales, un disco colosal.

El experimentalismo lingüístico, la desnaturalización de la palabra, el poema código, el linaje de Buarque viene de la generación prodigiosa, de entre la pléyade: Vinícius de Moraes, Carlos Drummond de Andrade, Manuel Bandeira, João Cabral de Melo Neto, Cecilia Meireles, Haroldo de Campos, el creador del vasto movimiento Poesía Concreta.

De chico, Buarque quería ser João Guimaraes Rosa (1908-1967), el máximo novelista latinoamericano, autor de Gran Sertón, Veredas, que es lo mismo que decir: el mundo construido en el lenguaje, un aparato semiótico, ontológico, filosófico, moral de dimensiones descomunales. Todo construido desde la invención del lenguaje.

Por eso Francisco Buarque ama el lenguaje, los juegos de palabras, las aliteraciones, las brincadeiras.

‘‘No soy más que un mulato que toca boleros”, canta en su pieza Desaforos, track penúltimo de este disco esplendoroso donde ostenta siete inéditos y un par de piezas revisitadas: A moça do sonho, grabada anteriormente por Edu Lobo, y Dueto, grabada con Nara Leao en su álbum Com açucar, com afeto, de 1980, y antes con María Bethania, y ahora lo graba, en su nuevo disco, Caravanas, con su nieta, Clara Buarque, y la canta actualizada con referencias irónicas a Twitter y Facebook e Instagran y Skype y mucha inteligencia sensible y canta en español un bolero: Casualmente, en coautoría con Jorge Helder y ubica la acción en La Habana, donde conoció a una mujer que cantaba boleros y anhela con regresar a esa ciudad ‘‘y perdidamente en sus calles / voy a buscar / por la penumbra / el momento fugaz / que no puedo / olvidar” y en ese momento se escucha un coro igualito a los que hacían los integrantes de Les Luthiers a la hora de sus parodias de boleros.

Sonrisas en Río, se podría también llamar este, el nuevo disco de Francisco Buarque grabado en Río de Janeiro con un piano, un violonchelo, un contrabajo y una orquesta de cámara y con el gozo del lenguaje.

Así como se llamó Pedrinho Manteiga en su novela Budapest, así como armó alegoría crítica de las formas de dominación social en su novela Fazenda Modelo, así como recuerda en blanco y negro, em blanco e preto, a su padre, el gran historiador Sergio Buarque de Holanda sentado frente a su máquina de escribir, así como entre brumas veía los navíos navegar mientras sonaba el tableteo de las teclas, el fluir de las ideas y el corazón enredado en su cerebro, mientras en su novela Leche derramada, Eulálio Montenegro d’Assumpcao, de un siglo de edad, dialogaba con su hija de 80 años, así el gran Chico Buarque, nos obsequia una vez más la intensidad de su poesía, la sencillez de la belleza, la belleza de la sencillez, el poderío de las palabras, el estremecimiento, la poesía envuelta en magia que aprendió de sus maestros Vinícius de Moraes y Antonio Carlos Jobim y luego vuelta marabunta por Joao Gilberto, quien inventó la bossa nova con tan sólo bajar el volumen de la voz, la velocidad del compás y lograr así una rítmica ondulante, lasciva, donde una simple guitarra suena como orquesta porque la orquesta es la palabra, ese don grande que tiene, desde chico, Buarque.

En los altavoces, el violão, la bruma, las bromas, los navíos, el gozo, la alegría, la libertad, la lujuriosa manera de contar historias riendo, desde Río de Janeiro, en una caravana que reúne, como lo hizo con su canción clásica La banda, con la cual despertó a los adormilados, puso a bailar a los tristes, hizo soñar a los insomnes, volvió poderosos a los humildes y puso alas en los pies de todos, así ahora nos suma a su caravana de amor, conscientes todos de la máxima que indica: se todo mundo sambasse seria tão fácil viver.

Con su nuevo disco, Caravanas, Chico Buarque de Holanda nos hace más fácil vivir.

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