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Algunos se prepararon casi un año

Dedicación, clave de los alumnos que brillaron en examen de bachillerato

Tres estudiantes sólo fallaron dos respuestas en la prueba de la Comipems

 
Periódico La Jornada
Sábado 28 de julio de 2018, p. 30

No todos fueron estudiantes de excelencia, pero tienen algo en común: son constantes, tienen fines claros y una enorme curiosidad. José Daniel, Édgar Alan y César Eduardo alcanzaron los tres puntajes más altos en el Concurso de Asignación 2018 de la Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior (Comipems), en la que se inscribieron 311 mil 564 adolescentes para la asignación de espacios educativos en bachillerato.

Con 126 aciertos, de 128 preguntas, obtuvieron un puntaje casi perfecto del que están orgullosos y satisfechos. Trabajaron por meses en su preparación, pero reconocen que la clave es creer en lo que sabes, que puedes lograrlo y no ponerse nervioso a la hora de contestar las preguntas, porque no se incluye nada que no hayas estudiado en secundaria.

José Daniel, hijo de comerciantes en Ecatepec, estado de México, a quien le gustaría cursar la carrera de ciencias forenses o criminología, asegura: Soy el orgullo de la familia, mi padre y mis tíos estudiaron en el Colegio de Ciencias y Humanidades, pero soy el primero en llegar a un plantel de la Escuela Nacional Preparatoria, seré el primer prepatoriano.

Reconoce que no fue siempre un alumno de calificaciones excelentes, pero me superé en los años recientes y la verdad mis maestros siempre fueron muy buenos en su trabajo.

Estudió en escuelas públicas

Orgulloso de haber cursado toda su formación básica en escuelas públicas, afirma que lograr su ingreso a la Preparatoria N° Seis de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) “es uno de mis más grandes logros hasta ahora. Hasta bromeaba con los amigos, porque estudie por más de 10 meses todos los días, sin fallar, para presentar el examen, y les dije ‘a lo mejor hasta me entrevistan’, y aquí estoy, entre los tres mejores”.

Afirma que lo suyo no es la lectura, pero en vacaciones, cuando su trabajo en una tienda de abarrotes le da un respiro, lo que más disfruta es revisar sus redes sociales e interactuar con sus amigos. La verdad es lo que me hace feliz, como ir al cine, siempre que puedo o tengo tiempo libre, me conecto y revisó mis mensajes en redes sociales.

César Eduardo, afirma su madre, siempre ha sido un niño muy brillante, pero sobre todo persevera en lo que quiere, cualidad que el propio César considera clave cuando se trata de mejorar en el aprendizaje.

Sueña con estudiar química porque le apasiona su complejidad y cómo influye en todo lo que nos rodea. Está en los alimentos, en la respiración, en todo lo que está vivo. Con altas calificaciones en primaria y secundaria, afirma que lo que más le gusta es leer novelas de suspenso, escuchar música y entretenerse con algún videojuego.

Como el resto de sus compañeros con los mejores promedios, César Eduardo también se preparó durante meses para presentar el examen de Comipems.

Su padre, profesor de matemáticas y computación, y su madre, jefa de capacitación en un colegio de formación técnica, siempre lo apoyaron, pero en el momento de hacer la prueba, asegura, estaba nervioso, porque aunque siempre he logrado buenos promedios, no soy muy seguro de mis capacidades, así que estaba un poco tenso, pero ante las preguntas más complejas, simplemente apliqué mis conocimientos y la lógica.

Por otra parte, Édgar Alan siempre ha sido un alumno constante y muy destacado, afirma su madre. En su familia, dice, “todos somos orgullosamente pumas –egresados de la UNAM– y ahora él logra ingresar con este excelente resultado, nos ha llenado de orgullo su resultado en el examen”.

Después de un curso de dos meses, previo a la evaluación, estaba listo para aspirar a un lugar en la UNAM, afirma Édgar. Egresado de escuelas particulares en su formación básica, asegura que más allá del plantel al que uno asiste, creo que es el alumno el que determina hasta qué punto quiere aprender. Se trata de su convicción y de su capacidad para comprender, no considero que sea tan importante de qué escuela viene uno.

Asegura que su deseo es ser ingeniero en aeronáutica, pero también le interesa la física de partículas, por lo que aún no decide cuál es el campo que más llama su atención. Su recomendación para quienes serán evaluados en 2019 es no ponerse nerviosos, confiar en lo que saben y no saturarse de información.