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Otra política de salud: ejes del doctor Alcocer
L

a política federal del nuevo gobierno perfila su rostro. Es tiempo de identificar sus rasgos: prediagnósticos y prediseños. Pero también sus compromisos. El doctor Jorge Alcocer, propuesto como titular de SSA, la visualiza en dos ejes.

A diferencia del próximo secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, quién aludiera a una eventual reforma pensionaria, condicionó cualquier reforma a evitar parches y atender los cimientos. ¿Cuáles? Un sistema único con acceso igual para todos; ampliar la capacidad real de atención; fortalecer servicios de primer contacto e iniciar cambios legales en las condiciones laborales que hoy impiden su integración (La Jornada, 10/7/18).

Como primer eje, Alcocer asegura que la salud seguirá bajo la rectoría del Estado, con mecanismos que garanticen a todos el acceso a atención clínica y medicamentos, como los de seguridad social. Así que no se privatiza: no habrá injerencia de la iniciativa privada en las políticas públicas. En todo caso, que los hospitales particulares se sumen a la oferta pública y los médicos tengan empleo y buen salario.

Para ello, dice, mientras en la clínica faltan médicos y enfermeras, se contará con 50 mil millones de pesos que dejarán de gastarse en duplicidades (25 por ciento de la estructura administrativa-SSA) y perderse en corrupción (compras-contrataciones), Los trabajadores de la salud, tendrán incremento salarial en el siguiente sexenio. Se regularizarán plazas (La Jornada, 16/7/18). La relación con los sindicatos será de respeto y mediante el diálogo (Crónica, 15/7/18). Tampoco se aplicarán recortes. Los recursos presupuestales aumentarán 8 por ciento anual para acercarnos al 6 por ciento del PIB que establece la OMS. Se impulsará la producción nacional de medicamentos biotecnológicos y la investigación inmunológica: futuro de la ciencia médica.

El Seguro Popular será transformado paulatinamente en el programa de servicios médicos y medicamentos gratuitos al mismo nivel de la seguridad social. Como está no ha dado resultado. Se sigue pagando por los servicios que están fuera del catálogo. Aunque ha sido ajustado, la corrupción sigue. Respecto a la descentralización, habrá mayor integración con los estados, sin afectar la cobertura actual de enfermedades de alto costo : el dinero llegará a los servicios, con mecanismos de control y vigilancia regional donde participarán los usuarios. El Seguro Popular será reestructurado: sus acciones y presupuesto se reintegrarán a la atención primaria (La Jornada, 16/7/18).

En el segundo eje, Alcocer aprecia que no hay duda de los logros, pero también que –en 40 años– se dejaron de atender los determinantes sociales de la enfermedad: principalmente la pobreza. Considera inaceptable que 35 mujeres de cada 100 mil, mueran por embarazo o parto y causas previsibles. Que el aumento en la esperanza de vida se revierta en jóvenes que fallecen por la violencia y problemas sociales. Los médicos, afirma, se enfocaron en la medicina curativa y lucrativa. En esos determinantes y en la prevención nos vamos a enfocar.

A la prevención, agrega, no se le ha dado el enfoque. La enfermedad es una complejidad donde intervienen una gama de factores y sectores. Atender la salud está en manos de todos: existencia de vías de comunicación y transporte entre comunidades y hospitales. Tenemos el plan para construir 500 centros de salud, 64 hospitales generales y más de 30 de especialidad. A los enfermos se les curará con un servicio fortalecido: se ha perdido calidad y humanismo.

Habrá un nuevo modelo de atención primaria integral (APS-I) cuya base estará en equipos de 10 a 14 profesionales y miembros de las comunidades que acudirán con las familias para atender a los enfermos y realizar acciones de prevención-detección en el resto de sus integrantes. Ahí se pueden resolver hasta 80 por ciento de las enfermedades.

Se incluirá el programa Jóvenes Construyendo el Futuro para crear conciencia sobre el cuidado a la salud, impulsando el desarrollo agrícola y consumo de alimentos originarios regionales. Iniciará en Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Puebla y Veracruz.

Además, las evaluaciones se harán con base en resultados, no con números que fueron inventados por Dios para contar las tonterías de los hombres. Se verán en niños que conocerán sus derechos, forma de cuidar su salud y razones por las que no deben comer chatarra.

En suma: perfil del rostro de una política emergente en sus prediagnósticos y prediseños. Sigue ampliarlo, afinarlo, para implementar y satisfacer compromisos. ¿Cuánto tardará en cumplirse la principal demanda ciudadana: ¡mejorar servicios ya!? ¿Cuánto la mejora real en el estado de salud integral (por la acción de los determinantes y la prevención) que reconfigurará la demanda de servicios curativo-lucrativos? ¿Cuánto la integración de un efectivo Sistema Nacional de Salud?

* Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco