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Shanghái, puesta teatral sobre el desamor visto como vuelo en picada
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▲ En la imagen, un instante de la obra dirigida por Pablo Marín, inspirada en el filme Happy together.Foto cortesía de la producción
 
Periódico La Jornada
Martes 24 de julio de 2018, p. 8

La agónica y dolorosa separación de dos hombres significa el final del impredecible viaje que es el amor.

En el montaje Shanghái, versión libre de la película Happy together, de Wong Kar-wai, dos seres reflexionan sobre cuál es la mejor opción para una relación que ya no tiene futuro: durar o arder.

La obra de Gibrán Ramírez Portela, narrada en capítulos y con música seleccionada por la compañía,devela a dos amantes que no pueden separarse. Siempre vuelven a empezar y esta vez eligen Shanghái para una nueva locura, explica el director Pablo Marín.

A lo largo de la trama se juega con la metáfora de estar enamorado como si fuera un vuelo en picada; se aborda el tema del desamor y la ruptura entre dos enamorados que han compartido sus vidas. Aunque están cansados de luchar, de estar en ese constante juego de poder, donde se lastiman uno al otro, pero, ninguno tiene la valentía suficiente para alejarse.

Normalizar las relaciones homosexuales

Marín, contó: “El montaje es un estudio violento y minucioso sobre la separación amorosa, un viaje simbólico y real al otro lado del mundo para desprenderse uno del otro, eso es Shanghái. Es una experiencia que todos –de alguna manera– hemos vivido, sin importar clase social, género, preferencia sexual o raza”.

Con Shanghái, siguió, queremos despertar la sensibilidad, destapar prejuicios y unirnos en algo que es inherente al ser humano, que siempre volvemos a empezar de cero.

Con esta producción se busca contribuir en la representación, normalización y visibilización de las relaciones homosexuales, porque aunque en muchos lugares éstas ya no son tabú, en otros provoca incomodidad, discriminación y violencia que priva de la libertad a muchas personas.

Esta adaptación, dijo Pablo Marín, es contada por dos personajes que expresan estos temas universales del amor y el desamor; además, recrean esa separación y frustración amorosa que duele muchísimo, la cual se inicia como si fuera un despegue de avión: se sienten mariposas en el estómago, se comparten emociones, pero, tarde o temprano, se tendrá que aterrizar.

En escena, además de la pareja en conflicto se observa a quienes integran la tripulación del avión, que se convierten en narradores de la historia y viven el dolor.

Referentes y homenajes

Shanghái cuenta en su elenco con Luis Eduardo Yee, José Cremayer, Áxel Arenas, Emiliano Ulloa, Isaí Flores y Klaudia García, quienes colaboraron con la producción para seleccionar la música que se escucha durante los 60 minutos de duración de la obra.

En la puesta en escena, puntualizó, se recurre a varios referentes cinematográficos y se explota el rollo visual y de color, sobre todo, con la iluminación. Se hace un homenaje a Pedro Almódovar y, de manera especial, a Wong Kar-wai.

Cada capítulo y sus melodías tienen una iluminación específica, que refleja el estado emotivo de los personajes, mientras la escenografía alude a la cultura pop china, explicó el director.

Shanghái, con producción de Patolobo Teatro y Matryoshka Red Creativa, se presenta los martes y miércoles a la 20 horas en el teatro Sergio Magaña, ubicado en Sor Juana Inés de la Cruz 114, colonia Santa María la Ribera, cerca de la estación San Cosme del Metro.