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No tiene sentido; los costos son tan altos que sólo pueden asumirlos los Estados, afirman

Rusia y la ESA critican intención de Trump de privatizar la EEI

No es realista; el borrador del presupuesto de EU rara vez se aplica en su forma original, aseguran

 
Periódico La Jornada
Miércoles 14 de febrero de 2018, p. 2

Washington/Moscú/París.

Expertos rusos criticaron este martes los planes de Estados Unidos de privatizar su contribución a la Estación Espacial Internacional (EEI) una vez que venza el plazo del actual acuerdo de financiación en 2024, noticia que fue publicada el domingo por The Washington Post.

Ivan Moisseyev, director del Instituto de Política Espacial de Moscú, aseguró que el proyecto estadunidense no tiene sentido. No se hará, declaró a la agencia Ria Novosti. Los costos de la EEI son tan elevados que solamente pueden asumirlos los Estados, señaló.

Las empresas trabajan para su beneficio, esa es su única meta. Pero la EEI no da beneficios, porque los gastos son claramente más altos que los posibles ingresos.

Menos crítico fue Andrei Ionin, de la Academia Rusa de las Ciencias, que opina que antes o después la central espacial tiene que ser abandonada. Sólo se puede agradecer a Estados Unidos que lo anuncie con tanta anticipación, añadió.

Desde hace casi 20 años, las agencias espaciales de Estados Unidos, Rusia, Japón, Canadá y Europea sostienen el funcionamiento de la EEI. La financiación está garantizada hasta el año convenido. En Rusia se ha debatido en muchas ocasiones la construcción de una estación propia, pero debido a los altos costos no se descartó continuar con el uso conjunto de la central.

El millonario proyecto comenzó en 1998 y desde 2000 el laboratorio flotante vuela a unos 400 kilómetros de la Tierra siempre con tripulación a bordo, normalmente de seis personas que realizan experimentos en ausencia de gravedad.

No significa que desaparecerá, señala documento

Según The Washington Post, que cita un documento interno de la Nasa, Estados Unidos quiere dejar de contribuir financieramente y dar los módulos estadunidenses a una empresa privada.

El fin de la financiación no significa que la central desaparezca, se indica en el documento, porque es posible que la industria siga administrando determinadas partes o capacidades de la EEI como parte de una futura plataforma comercial.

El objetivo del gobierno de Donald Trump es utilizar la órbita cercana a la Tierra para los viajes espaciales humanos no estatales, y la Nasa podría ser, por tanto, uno de muchos clientes, cita el diario.

Según los medios, la Nasa paga entre 3 mil y 4 mil millones de dólares al año para el funcionamiento de la EEI. Rusia es el segundo mayor donante.

Por su parte, el director de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), Jan Wörner, no considera realista privatizar la estación.

El funcionamiento de la estación espacial es sencillamente demasiado caro, señaló.

Estados Unidos asume la mayor parte de los costos, que ascienden a unos 3 mil 700 millones de dólares. El borrador de presupuesto presentado el lunes por el presidente Trump, propone una retirada de la Nasa de la financiación e impulsar la privatización del laboratorio espacial. Ese documento rara vez llega a aplicarse en su forma original.

El director de la ESA destacó que los países que colaboran en la EEI sólo se comprometieron a financiar hasta 2024. Por tanto, respecto de la discusión en Estados Unidos considera que puede verse el vaso medio lleno o medio vacío.

Podría hacerse la pregunta al revés y decir que Estados Unidos ha pensado ahora en utilizar la EEI más allá del año acordado, apuntó. Los estadunidenses siempre dejaron claro que querían dar un uso más comercial a la estación, afirmó Wörner. Pero eso estará apoyado con medios públicos también después del plazo, se puede partir de esa base, añadió.

Nosotros también intentamos eso desde el lado europeo, señaló citando a la plataforma Bartolomeo, diseñada para experimentos comerciales en la parte exterior del laboratorio Colombus que tiene la ESA en la EEI.

Respecto de lo que señala The Washington Post, Wörner ve algunas cuestiones abiertas, como si una empresa se haría cargo de las obligaciones de Estados Unidos en el acuerdo interestatal sobre la estación. Es difícil, advirtió.

Ya veremos si realmente se transfiere a manos privadas. No lo creo, expresó. En todo caso, Wörner aseguró que si las cosas ocurrieran así no sería un desastre.

Quiere una central que orbite la Luna

La propuesta de Trump tiene como trasfondo que Estados Unidos se plantea objetivos más lejanos y una nueva estación que orbite la Luna. Sin embargo, Wörner cree que sigue siendo necesario tener la posibilidad de realizar experimentos en la órbita cercana a la Tierra. Después de 2024 seguiremos necesitando probar la ingravidez en órbitas cercanas a la Tierra, apuntó.

En el caso de los experimentos con materiales, es posible hacerlo con sistemas no tripulados, señaló Wörner, pero que sigue siendo necesario realizar pruebas para las misiones de los astronautas; por ejemplo, para investigaciones médicas. Si hoy se empezara de nuevo, posiblemente no se construiría una estación tan grande, apuntó.

Según Wörner, todavía hay que negociar durante cuánto tiempo seguirá utilizándose la EEI. En el caso de la ESA, el asunto se abordará seguramente en el Consejo Ministerial del próximo año.