Sociedad y Justicia
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Se hallaban ligados a precios altos y efectos secundarios

El uso de medicamentos con cannabis cambió a pacientes

El siguiente paso es promover el autocultivo, indicaron familiares

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Cuando sus pacientes empezaron a usar medicamentos con cannabis fue notoria la mejoría, por lo que dejaron de depender de fármacos, dijeron familiaresFoto Marco Peláez
 
Periódico La Jornada
Sábado 23 de diciembre de 2017, p. 34

La utilización de medicamentos hechos con cannabis ha significado para muchas personas la diferencia entre estar atados a fármacos de precios inaccesibles, que les ocasionaban graves efectos secundarios, y recuperar su calidad de vida.

De igual forma, para padres y madres de niños con problemas diversos, estas medicinas hechas por ellos mismos de forma artesanal les ha permitido redescubrir a sus hijos y volver a convivir con ellos, luego de años de tenerlos dopados, como zombies.

En entrevista con La Jornada, pacientes y familiares narran sus experiencias y piden a las autoridades que permitan el autocultivo en vez de sólo autorizar la importación de medicinas caras de grandes laboratorios.

A José Manuel García, por ejemplo, el uso de los medicamentos canábicos le cambió la vida. Luego de ser diagnosticado a los 21 años con epilepsia refractaria –es decir, aquella que no responde a los tratamientos alopáticos– empezó a tomar fármacos que no sólo no le sirvieron para remediar sus dolencias, sino que le provocaron graves secuelas.

“Acabé enchochado, con medicamentos de farmacia que tienen efectos secundarios terribles y desgastantes, como náusea y vómito que me hicieron bajar 16 kilos. Te da temblorina en las manos, como si tuvieras Parkinson, y muchos te friegan a largo plazo el hígado, los riñones y la vista”, cuenta.

Cansado de la situación, José Manuel decidió que ya no tomaría ese tipo de fármacos, por lo que comenzó a investigar sobre los beneficios de los medicamentos canábicos, ricos en sustancias como el tetrahidrocanabinol (THC) y el cannabidiol (CBD), los cuales ahora le han ayudado a no tener crisis convulsivas desde hace tres años, los cuales son mezclados en la adecuada proporción y con la asesoría de un médico.

“Encontrar mi dosis y mi tratamiento me resuelve la vida, sin los efectos secundarios que me dan los medicamentos de farmacia. Hacer tu medicina en tu casa (con cannabis) es como cuidar cualquier maceta, literal. Lo único es que siempre tienes que comprar fertilizantes orgánicos, pero fuera de eso es maravilloso. No necesitas hacer gran cosa”, explica.

Para Michael Smith –estadunidense de nacimiento, pero naturalizado mexicano desde hace más de 10 años–, la llegada de los aceites con CBD y THC implicó una mejoría sustancial en la vida de su hijo Kane, de 17 años, quien padece el síndrome de Pallister-Killian, una enfermedad genética considerada rara, que le ocasionaba convulsiones y le impedía manejar la frustración por las actividades más cotidianas.

“Él tenía fuertes ataques de autoagresión y de agresión a los demás por cosas como perder el metro o que no le dijéramos que no podía comerse ocho donas seguidas. Yo lo podía dopar con rivotril y diazepam y ya no era violento, pero ya casi no existía. Estaba drogado, babeando en una esquina de la casa. ¡Qué bueno que ya no era violento, pero yo quería vivir y convivir con mi hijo!”

Dejar los fármacos tradicionales y empezar a darle los canábicos significó para Kane el despertar, la disminución de síntomas, pero también un aumento en la convivencia. Ya puede lidiar mejor con sus frustraciones y puedo convivir con él... una dona a la vez, dice Michael en medio de risas.