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Partiría su territorio y la despojaría de sus principales derechos, argumenta

Etnia tohono o’odham acude a la CIDH para no ser dividida por el muro fronterizo
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Aspecto de la valla de metal a lo largo de la frontera en Sonoyta, Sonora, entre los desiertos de Altar, en México, y de Arizona, en Estados UnidosFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Domingo 9 de abril de 2017, p. 13

La etnia tohono o’odham (gente del desierto), que vive en territorios de Sonora y Arizona, formuló una petición ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) con el fin de impedir que se levante una valla entre Estados Unidos y México, pues de concretarse la construcción de un muro divisorio en la frontera de ambos países se verían afectados los derechos humanos a la vida, la protección de la honra y de la dignidad, la familia, la propiedad privada y políticos.

La solicitud se presentó ayer en la región de ese pueblo, firmada por las representantes Alicia Chuhuahua y Gemma Guadalupe Martínez Pino.

Entre los argumentos aportados a la CIDH, advierten que “en las décadas recientes los pueblos indígenas han comenzado a organizarse, ya que se han dado cuenta de que tienen que hacer algo para salvaguardar y proteger jurídicamente estas tierras.

Lo que se denomina jurídicamente derecho consuetudinario indígena no es un cuerpo estructurado ni mucho menos codificado; son una serie de prácticas reales que se llevan a cabo de manera distinta en diferentes comunidades, para resolver una serie de problemas de administración de justicia, resolución de conflictos, mantenimiento del orden interno, normatividad y su vinculación con el mundo exterior.

La argumentación de la etnia tohono redunda en que Estados Unidos queda evidenciado al construir un muro que dividirá nuestro territorio indígena; no está garantizado nuestro derecho a la vida, por lo que existe una violación al artículo 4 de la Convención Americana (sobre Derechos Humanos), en conexión con la obligación general de respetar y garantizar los derechos establecidos en el artículo 1º de ese documento.

Así, con la asesoría del titular de la Comisión para el Diálogo con los Pueblos Indígenas de México, Jaime Martínez Veloz, se advierte en la petición a la CIDH la necesidad de respetar el derecho a la dignidad, que se manifiesta en la inviolabilidad de la condición humana:

“Ninguna actividad del Estado puede fundarse sobre el desprecio a la dignidad humana. Esto implica que el derecho a la dignidad es el valor más importante a respetar, por más despreciable que sea el delito cometido por la persona, sus conductas o sus actitudes.

Por lo tanto, con la construcción de un muro que dividirá a nuestro pueblo indígena se lesionaría la dignidad de todos los integrantes de nuestra tribu, toda vez que se rompería con las relaciones sociales entre cada uno de los integrantes del pueblo indígena que vive en Sonora y Arizona.