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La música ocupa un sitio estelar en la obra del autor inglés, señala el director David Curtis

En Bellas Artes, la Orchestra of the Swan rindió homenaje a William Shakespeare

El concierto en el máximo recinto cultural del país se inscribe en los actos para conmemorar al dramaturgo en su cuarto centenario luctuoso

A diario vivimos y respiramos al escritor

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Ensayo de la orquesta británica, con la batuta de David Curtis, ayer en la sala principal del Palacio de Bellas ArtesFoto Jesús Villaseca
 
Periódico La Jornada
Miércoles 23 de noviembre de 2016, p. 5

La música ocupa un sitio estelar en la obra de William Shakespeare, definió David Curtis, director de la Orchestra of the Swan, que anoche interpretó el concierto Love’s labour’s lost (Trabajos de amor perdido) en el Palacio de Bellas Artes.

Con un programa integrado por piezas inspiradas en su persona y obra, se rindió homenaje al dramaturgo inglés en su cuarto centenario luctuoso.

“Por ser poesía, la de Shakespeare es una obra intrínsecamente musical, como demuestra el caso particular de La tempestad, cuyo lenguaje es música. Además, a lo largo de su quehacer el autor hace varias alusiones a ese arte”, indicó el intérprete.

Los integrantes de esa orquesta participan en una serie de actividades académicas con estudiantes del Conservatorio de las Rosas y con integrantes de la Orquesta de la Transformación Miguel Bernal Jiménez, en el contexto del Festival de Música de Morelia que concluirá el domingo 27.

Curtis, en charla con La Jornada antes del concierto, se refirió a la oportunidad de haber trabajado el pasado lunes con esa orquesta integrada, dijo, por niños y jóvenes de zonas marginales.

En videoconferencia desde Reino Unido, hace unos días, Curtis explicó que la Orchestra of the Swan está ligada al genio de las letras inglesas desde su fundación, hace 21 años, por haberse formado y tener como sede Stratford-upon-Avon, donde Shakespeare nació, vivió y murió.

Es un nexo que se aprecia desde el nombre mismo de la agrupación, pues hace referencia al cisne de Avon, como el dramaturgo Ben Jonson denominó a Shakespeare por su elegancia y lugar natal.

Tenemos un gran vínculo y un compromiso con la obra de este gran escritor, prácticamente a diario lo vivimos y respiramos, afirma Curtis.

Otra aproximación es mediante el encargo a compositores de obras dedicadas a la vida y creación de Shakespeare, como ocurre en esta gira con el mexicano Alejandro Basulto, quien escribió Jig variations.

Esa pieza, que fue interpretada por el guitarrista mexicano Morgan Szymanski, tiene como inspiración a William Kempe, famoso actor cómico que representó obras tempranas del escritor inglés.

El punto de partida fue un texto académico sobre la importancia de la música en Shakespeare. El investigador decía que en sus obras hay alrededor de 600 referencias a ese arte, al margen de las descripciones de la época, explicó Basulto, también en videoconferencia.

“Pareciera que incluso en la obra dramática y sus comedias era común que, por ejemplo, a mitad de Hamlet hubiera una danza alegre, porque era parte de la tradición.”

Al compositor le pareció fascinante esa raigambre en la Inglaterra isabelina, y cuenta que al buscar sobre qué inspirarse halló a William Kempe, quien en 1600, para acrecentar su fama y conseguir beneficios económicos, caminó y bailó durante nueve días de Londres a Norwich.

Recuperé un texto que aborda este recorrido y donde el actor hace un recuento cómico de lo que le pasó. Aunque hay muy pocas referencias a la música que usó Shakespeare, en el caso de Kempe hay una obra que fue escrita específicamente para él, señaló.

El resto del programa con la Orchestra of the Swan estuvo integrado por tres soliloquios de Lover’s labour’s lost, de Gerald Raphael Finzi; el concierto para guitarra y cuerdas, con Szymanski; el Concierto para violín número 1 en do mayor, de Haydn (con la violinista Tamsin Waley Cohen de solista), y la Introducción y Allegro-opus 47, de Edward Elgar.