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Cristóbal Reyes y María Juncal en el Voilá

Duende, arte, ritmo; hoy, flamenco de la más pura cepa gitana
Foto
María Juncal (en la imagen) y Cristóbal Reyes prometen en Flamenco puro de puro flamenco, espectáculo “mu’ cerquita” del corazón, en lo que será la despedida del maestro de los escenarios mexicanosFoto cortesía de la producción
 
Periódico La Jornada
Jueves 8 de septiembre de 2016, p. a12

Un suceso ocurrrirá hoy: Cristóbal Reyes y María Juncal bailarán por primera vez juntos en un escenario y durante cuatro noches: 8, 9, 10 y 11 de septiembre, a las 20 horas, en el Voilá Acoustique de Plaza Antara, en el espectáculo Flamenco puro de puro flamenco, que será la despedida de Cristóbal de los escenarios de México.

Así, Cristóbal, una de las figuras icónicas del flamenco, originario de Córdoba, Andalucía, regresa a México, país que considera su segunda patria, para ofrecer esta serie de presentaciones en un lugar donde la tónica será la cercanía: “Con la gente, mu’ cerquita de mí, que casi les escuche latir el corazón de la emoción y mirá los ojo’ de cada uno de los amigos de mis colección”, dijo el bailaor.

Debut en Gitanerías

Es de la más pura cepa gitana. El duende, el arte y el ritmo lo lleva arraigado en su ser. Llegó a México, donde vivió y se hizo de grandes amigos durante muchos años. Aquí debutó en el mítico centro nocturno Gitanerías, referente de la época en el ambiente flamenco de la Ciudad de México.

Después de algún tiempo decide tener su propio tablao, el Corral de la Morería, que fundó con la reconocida bailaora y coreógrafa Cristina Aguirre.

Más tarde regresó a España, donde tiene a su cargo el tablao Zambra. Posteriormente fue director y coreógrafo de la compañía Cumbre Flamenca, su creación más importante. Fundó la compañía a la que llamó Pura Pasión, donde da la oportunidad a la bailaora María Juncal (quien ya prometía) de ser la primera figura de dicho espectáculo y desde donde se catapulta para ser la primera gran figura del baile que ahora es.

Nada en el tintero

María Juncal nació en Las Palmas de Gran Canaria, España, procedente de una familia flamenca por los cuatro costados, y desde pequeña participa junto a figuras como La Tati, Merche Esmeralda, El Güito y, por supuesto, Cristóbal Reyes.

Su talento y disciplina la llevan a ser parte de múltiples producciones con las que recorre el mundo, recibiendo incontables premios y reconocimientos. Desde entonces crea y dirige su propia producción: El encierro de Ana Frank, con la que recibe extraordinarias críticas y reconocimientos a escala mundial.

En entrevista, Cristóbal Reyes explicó: “Me retiro porque llevo muchos años bailando y no me quedó nada en el tintero; hice todo dentro del flamenco. Será un placer despedirme de México, que tanto quiero y, al mismo tiempo, un poquito triste, pero satisfecho porque me acompaña María Juncal, con quien bailaré cuatro días. Será una noche mágica.

El flamenco, bueno, desde los ocho añitos me entró... soy gitano y veía a todos bailar en las fiestas. Todo eso era un fuego que me entró en el cuerpo y apartir de ahí ya supe lo que iba a ser mi vida, que me iba a dedicar a bailar, al flamenco.

Con su experiencia sempiterna, dijo: “La verdad es que el flamenco ha cambiado muchísimo. Yo conocí un flamenco de bailarle a los señoritos, de bailar en las tabernas. ¡Hay que imaginar el cambio que ha pegado el flamenco! Se le ha llevado a las altas esferas. Eso se ha reflejado en la profesión, en el baile, en las formas. Se le ha llevado a los grandes escenarios y yo mismo he bailado en Nueva York, en Copacabana para 50 mil personas, al lado de mi sobrino Joaquín Cortés. La verdad, el flamenco de las peñas es muy íntimo; es una manera de apreciarlo puro, tradicional, el cante, cuando ahí están llorando cantando; se pega una patadita. Eso está muy bien. Pero eso no nos llevaba a ningún lado y actualmente somos patrimonio de la humanidad.

El ser gitano es 70 por ciento maravilloso y 30 por ciento que no. Me vanaglorio de ser gitano, de mi familia, por nuestras costumbres, pero cuando salgo de ese entorno soy un español más. Actualmente el flamenco tiene como lugar más importante a México, más que en la propia España. En toda la República tenéis una gran cantidad de academias, cosa que en España no se hace. Estamos juntos en la tauromaquia y en el flamenco. México es mi segundo país.

Sabor agridulce

Por su parte, María Juncal expuso: “Para mí es un honor estar en este momento de la vida artística del maestro Cristóbal Reyes. Me sumo con todo lo que de él he aprendido. Vamos a presentar un espectáculo que habla en un lenguaje muy claro y explícito del flamenco, de una estética al uso. El maestro usa las técnicas modernas de zapateado y yo también. No dejo de ser una bailaora del siglo XXI, con una raíz clara de lo que es el flamenco como lo sentimos los dos.

No siento que bailar a su lado sea un reto o un desafío. Lo estoy viviendo con mucho cariño y con mucha sinceridad. Ya sé que sale uno primero, pero eso es inherente al escenario, al hecho de superarte a ti mismo, por encima de todo. Se va ahora que está en todas sus capacidades. Un bailaor debe decidir cuándo irse. Es algo muy personal. Él se va en plenitud de capacidades. Su decisión es personal, íntimo. Por dentro no debe ser sencillo. El vive esto con ese sabor agridulce, igual que lo vamos a vivir los implicados. Yo antes he sido dirigida por Cristóbal, pero como pareja en escena no habíamos bailado nunca.

Boletos en Ticketmaster y la taquilla del Voilá (Plaza Antara).