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Antonio Malacara presenta hoy su libro en la sala Manuel M Ponce de Bellas Artes

“Atlas... hace patente que no hay un lugar en México donde no se produzca jazz”
 
Periódico La Jornada
Miércoles 1º de junio de 2016, p. 9

Escritor, historiador y periodista musical con más de 40 años de trayectoria y colaborador de este diario, Antonio Malacara acaba de publicar una extensa y detallada investigación sobre la realidad histórica y contemporánea del jazz nacional. Esto, en un libro de 400 páginas que con el título de Atlas del jazz en México se presenta hoy, a las 19 horas, en la sala Manuel M Ponce del Palacio de Bellas Artes.

Se trata de un documento imprescindible no sólo para los músicos, promotores y melómanos inmersos en esta música, sino también para todo el que se acerca por primera vez a un género que se extiende exponencialmente en todo el país, ya que en el Atlas..., Malacara registra y marca rutas jazzísticas en los 32 estados de la República.

“Uno de los hallazgos más sorprendentes en este proceso de investigación y edición del libro –comenta en entrevista para La Jornada– fue saber que aun los grandes conocedores dudaban de que hubiera jazz en todos lados. Más de uno, cuando le entregaba el Atlas... en propia mano, sonreía y me preguntaba ‘¿De veras están los 32 estados?’

“Y ahí precisamente está la primera aportación del Atlas...: hacer patente que no hay un solo lugar en este país donde no se produzca, en mayor o menor grado, música de jazz; que hay músicos y públicos alrededor de todas las propuestas y escuelas, desde el ragtime y el hot jazz hasta el bop, el cool, el free, el latin, las diferentes fusiones y... hay un fenómeno que se ha extendido por todo el territorio desde hace tiempo: los jazzistas toman y se sumergen en las músicas étnicas y mestizas de su localidad y las rediseñan a través de la gramática del jazz.

“Todas o casi todas las músicas de los muchos Méxicos que conforman este territorio están siendo reinterpretadas y filtradas por los códigos del jazz y los resultados, en muchos de los casos, son sorprendentemente bellos y atractivos. De hecho, antes de decidirme por socializar mi base de datos y convertirla en Atlas..., trabajaba en un proyecto que se llama Las raíces, las etnias y el jazz, con la idea de hablar de los grupos étnicos de sur a norte, desde los mayas hasta los kiliwas, y de cómo su música ha sido intervenida, compartida y departida con el jazz. Ya será después.”

Idea original

–A grandes rasgos, ¿cómo se dio el proceso de este Atlas?

–La idea original fue armar mapas con seis o siete directorios que tenía más o menos ordenados en una base de datos, publicarlos en un pequeño libro y mandárselos a los músicos y los promotores que he conocido en los festivales y las mesas a las que me han invitado en todo este tiempo.

“Pero cuando vi que ya estábamos trabajando con cuates y compañeros de todo el país, les pedí que me ayudaran con una semblanza del jazz que se hace y se consume en sus localidades y el proyecto fue creciendo. Al principio éramos 32 participantes, uno por estado, pero el libro fue abriéndose paso por su propia cuenta y necesidades y terminó involucrando, por medio de entrevistas y semblanzas, a 63 jazzófilos irredentos que entregaron la primera fotografía de cuerpo completo del jazz nacional.

–¿En qué lugares hay mayor oferta o mayor demanda de jazz?

–Es muy relativo. En Xalapa, por ejemplo, hay una población contante y flotante de estudiantes de jazz, por el centro que fundó la Universidad Veracruzana, el famoso Jazzuv. Pero hay estados como Chiapas, que no es de los más industrializados, donde se produce jazz en San Cristóbal de las Casas, en Comitán, en Tapachula, en Tuxtla Gutiérrez. Y es de excelente factura. La Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas tiene una licenciatura en jazz.

Hay otros estados como Guanajuato, donde la población está totalmente involucrada en el fenómeno, desde San Miguel de Allende y su célebre festival, hasta León, Celaya, Irapuato, Salvatierra y Guanajuato capital. Por otro lado, tal vez el festival de jazz más famoso de México es el de la Riviera Maya, pero una vez que se acaba, en Playa del Carmen no pasa gran cosa alrededor de esta música. En fin, si leen el libro van a descubrir muchas cosas.