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Nuevas medidas dan más flexibilidad a empresas para contratar y despedir trabajadores

Marcha en París contra plan de reforma laboral
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Trabajadores y estudiantes se manifestaron ayer en varias ciudades de Francia (la imagen, en Nantes) en contra la una reforma laboral que, acusan, es demasiado favorable a las empresas. El desempleo en el país afecta a 24 por ciento de los jóvenesFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Jueves 10 de marzo de 2016, p. 30

París.

Cerca de medio millón de trabajadores y estudiantes marcharon este miércoles aquí y en otras ciudades de Francia contra una impopular reforma laboral que dividió a la mayoría socialista del presidente François Hollande, a 14 meses de las próximas elecciones. La reforma incluye medidas que dan más flexibilidad a las empresas para contratar y despedir a trabajadores, con la finalidad de combatir el desempleo que afecta a 10.2 por ciento de la población económicamente activa y 24 por ciento de jóvenes

En esta capital, trabajadores y estudiantes universitarios y de preparatoria marcharon desde temprano pese a una lluvia torrencial, mientras el transporte público se paralizó. En sus pancartas los manifestantes denunciaban la ley impulsada por la ministra del Trabajo, Myriam El Khomri.

Hollande y el primer ministro Manuel Valls han sido acusados por prominentes miembros de su propio partido de ser demasiado favorables a las empresas y de dar un giro a la derecha con este proyecto.

Cerca de medio millón de personas acudieron a las manifestaciones en toda Francia, según cifras estimadas por varios sindicatos. La Central General de los Trabajadores afirmó que sólo en París se concentraron 100 mil, mientras las autoridades calcularon en menos de 30 mil la participación en la capital y un total de 224 mil en toda Francia.

El Khomri, estás perdida, la juventud está unida, gritaban los manifestantes.

La reforma incluye medidas que permiten a las empresas contratar y despedir trabajadores, y reduciría el pago de horas extras más allá de la jornada laboral de 35 horas semanales, que fue instaurada en la década de los 90 en un intento de los socialistas para impulsar el empleo.

Las empresas francesas son reacias a contratar empleados permanentes debido a los obstáculos que les impiden despedirlos cuando la economía se desacelera. Los jóvenes salen de las universidades y terminan trabajando con contratos temporales durante años o haciendo prácticas con la esperanza de conseguir un trabajo permanente.

Para William Martinet, presidente del sindicato estudiantil UNEF, esas medidas constituyen una traición a los jóvenes.

Más de un millón de personas firmaron una petición en línea contra el proyecto de ley, que según un sondeo es rechazado por siete de cada diez franceses.