Los certámenes literarios en México están caducos en cuanto a convocatoria y promoción, afirma Aránzazu Núñez, coordinadora del Premio Nacional de Cuento Fantástico Amparo Dávila.

Para la segunda edición del galardón, la recepción de trabajos se abrió el pasado 26 de febrero y concluirá el 27 de mayo.

“Hacen falta espacios más plurales y democráticos –sostiene–, así como reformular las maneras y los lenguajes con los que se convocan los proyectos culturales, en particular los concursos literarios; las formas en que se dan a conocer a la sociedad y alientan la participación.”

De acuerdo con la editora y promotora cultural, ese fue el diagnóstico arrojado por la primera edición de ese galardón, que es el primero de naturaleza literaria en Hispanoamérica que se desarrollo de forma exclusivamente digital.

“Al reformular los formatos y los mecanismos de participación vimos que estábamos satisfaciendo una necesidad que intuíamos existía, pero no imaginábamos cuál era su dimensión.

Se esperaban entre 300 y 500 participaciones, y al final de las 12 semanas de convocatoria recibimos 3 mil 411 cuentos, además de 40 mil visitas a la página electrónica, dice a La Jornada.

Auspiciado por la ciudad de Zacatecas y la Secretaría de Cultura del gobierno federal, la finalidad del premio Amparo Dávila, dotado con un estímulo único de 100 mil pesos, es divulgar y promover la obra de esa autora zacatecana, reconocida con la medalla Bellas Artes 2015, así como fomentar la producción de autores emergentes, mexicanos y extranjeros que escriben en castellano y residen en el país.

La gran veta con la que dimos fue no sólo el formato y tener contenidos extraordinarios que presupone la obra de la maestra Amparo Dávila, sino que nos encontramos en un momento muy delicado, muy ávido de las personas en general por encontrar espacios para ejercitar la creatividad, porque la ficción supera a la realidad siempre, señala.

El poder creativo y el de la literatura, por mucho, es una válvula de escape para estas realidades que son aún más inquietantes y perturbadoras que lo que presupone Amparo Dávila en su obra.

Por inquietar conciencias

Aránzazu Núñez aclara que el concurso no pretende erigirse en remanso de escape social, pues la idea es provocar e inquietar conciencias, ser “un espacio de expresión en el que tienen cabida, sí, a veces la crítica, pero también el ojo avizor, irónico e irreverente con el que el creador mexicano siempre se ha acercado a su contexto.

“Se trata de una diversidad de posibilidades –agrega–, porque la fantasía abarca todo eso; va desde la realidad a la ficción y empuja esos bordes de manera extraordinaria, a veces con cosas felices, en otras con situaciones duras o elaboraciones muy críticas del entorno. Pienso que la literatura fantástica está resultando completamente coyuntural para los tiempos que nos toca vivir.”

Que el Premio Nacional de Cuento Fantástico Amparo Dávila se desarrolle de manera digital ha demostrado que ya no existen fronteras para generar territorios culturales y apelar a públicos diversos, asegura.

También ha permitido, de modo paralelo, tener una radiografía casi en tiempo real de los creadores que comienzan su carrera en México, pues acudieron participantes de todos los estados. Debido al éxito de la primera edición del premio y la cantidad de obras participantes, este año se estima recibir este entre 5 mil y 7 mil cuentos, concluye.

El registro para este concurso es sumamente sencillo; sólo consta de tres pasos.

Las bases y la información.