La muestra Bicivilización, que reúne el trabajo de nueve fotógrafos sobre el crecimiento del ciclismo urbano en México, se exhibe en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPS) de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Montada en las galerías abiertas de esa instancia educativa, la exposición –con la curaduría de Tomás Canchola– documenta el uso de la bicicleta como transporte, recreación, herramienta laboral y, de manera principal, como motivo de identidad cultural.

Las fotografías son Aarón Borrás, Alfredo Carrillo, Azul Ramírez, Gisela Ochoa, Jesús Guevara, Juan José Meza, Juan Pablo Monzón, Rodrigo de la Mora y Víctor Ceballos.

“Borrás es quien tiene más tiempo enfocado en el ciclismo en la ciudad de México. Ha retratado el surgimiento del boom porque es fotógrafo de profesión y en algún momento asimila el tema”, explica Tomás Canchola a La Jornada.

De Aarón Borrás destaca la foto de un ciclista urbano original. Si ha habido alguien que ha conservado el ciclismo urbano en las ciudades ha sido la bici obrera, como se le llama; la gente que usa la bici desde hace mucho para transportarse a trabajar. Desde el afilador, el de los tacos... Ellos han sido los que finalmente mantuvieron los talleres de bicis en casi cada colonia.

El trabajo de Gisela Ochoa procede de una serie de 12 retratos de personajes con perfiles muy disímbolos. “El proyecto es Todo lo que somos, con el que lleva unos tres años. Una chava activa en la fotografía enfocada al ciclismo urbano en particular, destacando la personalidad de los ciclistas y ese algo que une a tan distintos personajes citadinos en un gusto común: la bicicleta”.

Por difundir el uso de la bicicleta

La mayoría de las fotografías remiten al sentido urbano de la bicicleta, la calle y la existencia de una identidad a partir de este vehículo. Por ejemplo, “estas bicis que no tienen frenos, las fixies, una moda que viene del gabacho, de los bicimensajeros en Nueva York; normalmente hechas para el velódromo y por eso no tienen frenos, y pues es una tendencia moderna, como un statment (declaración), hasta cierto punto”, explica el curador de Bicivilización.

También se incluye el trabajo de Jesús Guevara, quien expone capturas más urbanas, más en directo, más integrado a las personas que se transportan cotidianamente, como una mujer con chaleco, alguna otra con una bici más a la moda, el hombre que lleva su perro, alguno cubierto con una máscara apocalíptica.

Para Claudia Loredo, coordinadora de Proyectos Especiales de la FCPS, la finalidad de Bicivilización es fomentar el ciclismo urbano; ver que los estudiantes puedan usar las calles con otro tipo de vehículos que no sean solamente los automóviles; ampliar sus posibilidades de movilidad; que conozcan la cultura de la bicicleta; y que vean que también es un tema ecológico, de salud, de oficio, de buscar alternativas de vida. Hay miles de mundos detrás del ciclismo y nos interesaba conocer las historias.

Bicivilización se puede visitar en el recinto de Circuito Mario de la Cueva, Ciudad Universitaria. La muestra concluirá en mayo.