Berlín.

La euforia en Berlín por la presencia del actor estadunidense George Clooney ha provocado que la prensa local y el público asistente defina esta 66 edición del festival internacional de cine como Clooneynale.

Se dio a conocer que la pareja Clooney sostuvo un encuentro con la canciller Angela Merkel, quien declaró que la conversación se centró en la cooperación entre organizaciones no gubernamentales y los gobiernos de los países sobre las causas que llevan a las personas a abandonar sus países de origen y en cómo motivar a la gente a comprometerse a solucionar este problema. Fue una muy buena conversación, declaró la canciller.

Clooney alabó la política de Merkel respecto de los refugiados en Europa y declaró que está absolutamente de acuerdo con la política de la canciller alemana.

El actor, quien también es embajador de la Organización de Naciones Unidas, expresó su intención de visitar un campo de refugiados durante su estancia en Berlín.

No obstante, y por más que Clooney acapare las cámaras, en el segundo día la Berlinale volvió a concentrarse en la competencia por el Oso de Oro.

De las 18 películas en competencia, el joven estadunidense Jeff Nichols presentó un drama familiar en un contexto de ciencia ficción.

Midnight Special narra la lucha de unos padres por salvar a su hijo de una secta. El pequeño de ocho años, quien posee dones especiales, resulta ser un extraterrestre que en algún momento decide regresar con los suyos.

Protagonizada por Michael Schannon en el papel del padre y la estrella de Hollywood Kirsten Dunst, la cinta convenció al público berlinés con el augurio de convertirse en éxito de taquilla.

El director Jeff Nichols comentó en conferencia de prensa que una experiencia personal con su hijo lo llevó a realizar la cinta: El miedo que sentimos alrededor de nuestros hijos es por el amor tan grande que les tenemos.

Túnez participa con una coproducción con Francia y Bélgica. El país norafricano no había estado presente en el festival de Berlín desde hace 20 años.

El director tunesino Mohammed Ben Attia llega a la capital alemana con Hedi, que da nombre al protagonista de la cinta.

Hedi representa a toda una generación de jóvenes del norte de África que lucha entre continuar con las ancestrales tradiciones familiares y la fuerza que éstas representan o seguir sus motivaciones y objetivos fuera del contexto familiar.

Hedi cuenta la historia de un joven tunesino que tiene la vida resuelta. Su futuro, decidido ya por su familia, contempla una boda concertada con una joven que los padres han decidido será buena esposa.

A unas semanas de la boda, Hedi realiza un viaje de negocios, y para su buena o mala suerte conoce a una mujer de la que se enamora y que representa parte de esa generación que busca sus caminos fuera de las tradiciones familiares.

Rim es una joven independiente y segura de sí misma que representa a ese sector de la población norafricano de religión musulmana que decide tomar las riendas de sus vidas.