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La inflación enfrenta riesgos por factores externos, alerta en un análisis para diputados

Aumento de precios por volatilidad y presiones sobre el peso, prevé el BdeM
 
Periódico La Jornada
Martes 2 de febrero de 2016, p. 19

El Banco de México (BdeM) informó a la Cámara de Diputados que durante 2016 no pueden descartarse nuevos periodos de elevada volatilidad en los mercados financieros, que conlleven presiones adicionales del peso frente al dólar y aumento de precios, e incluso que la moneda resulte afectada por efectos de contagio de la desaceleración en economías como la de China y Brasil.

En su Programa monetario 2016, enviado ayer a la cámara, el banco central explicó que el cálculo de la inflación para este año también enfrenta diversos riesgos, entre ellos la posibilidad de un deterioro en las condiciones externas y los mercados financieros, que generen presiones adicionales sobre la cotización del peso, las cuales pudieran trasladarse a los precios al consumidor.

Anticipó que como parte de su política de control de la inflación prestará atención a la postura de política monetaria entre México y Estados Unidos, con objeto de estar en posibilidades de tomar medidas con toda flexibilidad y en el momento que las condiciones lo requieran.

El banco central previó que para este año la inflación general tendrá incrementos y se ubicará en niveles cercanos a 3 por ciento en diciembre, en contraste con el nivel histórico más bajo de esa variable observado en 2015, que fue de 2.13 por ciento.

Consideró natural que, al ser la de México una economía pequeña y abierta, la inflación se vea afectada por factores externos, en particular dada la integración económica y financiera con Estados Unidos, y es previsible que ciertos acontecimientos, como cambios en la postura de política monetaria en ese país tengan un impacto importante.

Ajustes en la postura pueden incidir sobre la evolución del tipo de cambio y eventualmente sobre la inflación y sus expectativas, y el entorno de alta volatilidad podría derivar en que el tipo de cambio experimente un ajuste que fuera desordenado, destacó.

Sobre el traslado del tipo de cambio a los precios, detalló que en principio una depreciación del peso puede incidir a través de diversos canales, que pueden agruparse en efectos de primera instancia y, potencialmente, de segunda ronda, que tendrían que ser contenidos.

En primera instancia los precios de los bienes nacionales que compiten con productos importados tenderían a verse afectados. Asimismo, además de bienes de consumo también se importan insumos y bienes de capital cuyos precios se incrementan como resultado de una depreciación, abundó.

El Banco de México indicó que en ese contexto, los costos de las empresas que utilizan esos bienes en sus insumos aumentarían y pueden tratar de trasladar ese impacto a los precios finales.

“Los efectos de la segunda ronda se presentan cuando, ante una mayor inflación, asociada a los efectos de la primera, los agentes económicos ajustan al alza sus expectativas de inflación de mediano y largo plazos, lo que tendería a propiciar un aumento generalizado de precios.

Si bien hasta el momento el traspaso de movimientos cambiarios a los precios ha sido moderado, no puede descartarse el riesgo de que una tendencia hacia una mayor depreciación afecte las expectativas de inflación y propicie aumentos de precios en un conjunto amplio de bienes y servicios, señaló.