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El trompetista cubano de 87 años vivía en Nueva York; padecía cáncer de próstata

Murió Alfredo Chocolate Armenteros, considerado el Louis Armstrong latino

La música es mi novia, es mi alma; mi vida, mi corazón, señaló en una entrevista de 2013

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Armenteros en una imagen de 2013, captada en su departamento de Nueva YorkFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Viernes 8 de enero de 2016, p. 7

Nueva York.

El trompetista afrocubano Alfredo Chocolate Armenteros, considerado el Louis Armstrong latino, murió por complicaciones del cáncer de próstata que padecía. Tenía 87 años.

El emblemático músico falleció el miércoles en un centro de rehabilitación en el condado de Westchester, cerca de Peekskill, Nueva York, confirmó Aurora Flores, directora de la orquesta neoyorquina Aurora y Zon del Barrio, quien está fungiendo de vocera de la familia. Sus restos fueron cremados el jueves por la mañana.

Él descubrió las complicaciones de cáncer de próstata hace dos años, cuando ya se le había movido a los huesos. Cuando se le fue al cerebro decidió no hacer nada, pues odiaba los hospitales, dijo Flores, con cuya agrupación Armenteros colaboró en los años recientes.

“No quería doctores, decía: ‘Estoy cansado, quiero estar en el aire’, y ahora lo está”, añadió, y destacó: Se fue el rey de la trompeta en el Día de los Reyes.

Por ahora no hay planes funerales. Flores indicó que el hijo de Armenteros, en Nueva York, estaba tratando de contactar a sus seis hermanas en Cuba (Armenteros estuvo casado en ocho ocasiones y tuvo siete hijos). Él quiere viajar a Cuba y poner las cenizas en Villa Ranchuelo, en la casa donde se crió, dijo.

Durante sus brillantes siete décadas de trayectoria, Armenteros tocó con Arsenio Rodríguez, Machito y Benny Moré, y compartió escenarios con Dizzy Gillespie, Nat King Cole, Oscar Brown Jr y Philly Joe Jones, entre muchas otras luminarias. Actuó en más de 70 países y continuó tocando prácticamente hasta su muerte.

Es mi novia. Es mi alma, mi vida, mi corazón, dijo el músico en 2013 durante una entrevista en su casa en Nueva York mientras señala un maletín cercano donde guardaba su trompeta de plata, la misma que tocaba desde hace más de 60 años y con la que se dejó fotografiar durante la entrevista.

Recibió el apodo de Louis Armstrong latino en un festival de jazz en Suiza, cuando tocaba con la banda de Machito.

“Al darme allí mi distintivo para tocar vi que decía ‘Chocolate, el Louis Armstrong latino’. Yo decía que me llamaba Chocolate Armenteros, pero ellos me pusieron ‘el Louis Armstrong latino’.”

El de Chocolate, explicó entonces, surgió luego de que una joven lo confundió con el boxeador cubano Kid Chocolate.

El alegre octogenario, de carácter jovial y bromista, fumaba puros y se tomaba un coñac a diario, según dijo.

Su relación con la música empezó a los 12 años, cuando el maestro de la banda municipal de su pueblo, la localidad cubana de Ranchuelo, fue a la escuela a preguntar quién estaba interesado en estudiar música.

Fui uno de los que levantaron el brazo, porque mi padre fue músico también. Empecé a estudiar porque siempre me gustó la música, de cuando oía tocar en la radio a las bandas cubanas. Nací con el instinto de interpretar mi música, del montuno a la guajira y el bolero, relató en la misma entrevista.

Desarrolló un don

Con 19 años grabó su primer disco, como integrante del conjunto René Álvarez y Los Astros; dos años más tarde tocó con la banda de Arsenio Rodríguez, músico cubano al que se le atribuye haber sentado las bases de la salsa actual.

Fue desarrollando su carrera y sus habilidades al improvisar piezas cubanas con la trompeta, algo que para él era natural: Es un don que da la naturaleza; es como un cantante que sabe improvisar, eso no se puede escribir jamás en la vida. Eso es el momento.

Armenteros realizó otro de sus sueños: Creé la banda más bailable de Cuba con mi primo Benny Moré.

Tras trabajar con Moré entre 1953 y 1956, pasó a formar parte de la banda de la radio televisión cubana CMQ. Luego, Machito le ofreció tocar con su orquesta en Nueva York, y así fue como dejó Cuba y se instaló en esta ciudad en 1957, donde continuó con su prolífica carrera musical.

Lo más, más, más grande de mi vida fue cuando toqué con Arsenio, cuando logré hacer la mejor orquesta bailable de Cuba, cuando llegué aquí (Estados Unidos) y toqué con la mejor banda aquí, la de Machito, y cuando luego hice mi grupo hasta que me cansé y dije que me iba a dedicar a grabar, dijo el artista, quien desde hacía 25 años se dedicaba a tocar como invitado.

La música, expresó a sus 85 años, todavía lo hacía sentirse como niño: Con la trompeta siempre me siento que estoy en el jardín de niños. La música es tan extensa que todos los días se aprende algo.