México cierra este año con récord en la presentación o detención de migrantes, en niveles no vistos desde 2006. Los pronósticos oficiales y de organismos civiles se han cumplido: al término de 2015, el número de entregados a la autoridad migratoria se acerca a 200 mil.

Exactamente, 92 por ciento proceden de países de Centroamérica y, de este grupo, predominan los guatemaltecos, con 45 por ciento de los casos, pese a que los ciudadanos de esta nacionalidad pueden tener acceso a condiciones preferenciales para trabajar o transitar legalmente en las entidades de la frontera sur.

El escenario anterior confirma a México como país de tránsito de personas que buscan llegar a Estados Unidos, más que vivir o trabajar aquí.

La Secretaría de Gobernación (SG), responsable de la definición y aplicación de la política y la ley en materia de migración, afirma que nuestro país no ha endurecido su estrategia en este ámbito y que el aumento tiene que ver con el alza del propio flujo, no con mayor contención de personas.

Funcionarios de la dependencia calculan que cerca de 300 mil personas al año intentan cruzar nuestro país para llegar al vecino país del norte.

Por tanto, bajo esa perspectiva, los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) detuvieron a 66.6 por ciento del total de indocumentados.

Salvo el caso de los asiáticos, africanos y cubanos, el grueso de los migrantes es repatriado.

Por ejemplo, durante el periodo enero-noviembre de este año fueron presentados ante el INM 178 mil 254 personas, de las cuales 144 mil 965, es decir, 81.3 por ciento, fueron devueltos a su país.

Seguimos presentando al mismo porcentaje (de detenidos); la disminución de repatriaciones hechas por Estados Unidos no es ninguna prueba de que estemos siendo más duros, advirtió el subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la SG, Humberto Roque Villanueva.

Cada presentación, agregó, está respaldada con documentos; la proporción de presentaciones sigue siendo más o menos la misma, lo que ha variado es el flujo.

No nos confundamos; aquí lo que importa no es cuántos retornamos, sino cómo lo hacemos, o si nos demostraran que maltratamos (a los migrantes) más allá de una proporción, de un porcentaje que siempre habrá de arbitrariedades, comentó a La Jornada.

Subrayó que la responsabilidad de la SG es cumplir y hacer cumplir la ley de migración y su reglamento, de ahí que los memorandos firmados con otras naciones sólo marcan algunas diferencias de maniobra, pero por ninguna circunstancia se puede hacer a un lado la norma.

Humberto Roque Villanueva, subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la SGFoto Guillermo Sologuren

Cuando el INM capta a un extranjero en situación migratoria irregular, solicita información a la representación del país de origen para confirmar su nacionalidad.

Sin embargo, tanto Roque Villanueva como el director de Control Migratorio del INM, Mario Madrazo, dijeron que hay embajadas que no responden los oficios de solicitud de información de la autoridad mexicana, por lo que no se puede avanzar en la posibilidad de repatriarlos.

La ley de migración es muy noble en ese sentido, indicaron en entrevista; en lugar de repatriarlos les abrimos la puerta para que se presenten a la oficina de migración y regularicen su estancia. De acuerdo con esta explicación, esta es la causa de la expedición de oficios de salida, especialmente para cubanos, asiáticos y africanos.

El subsecretario Roque Villanueva pidió que no se juzgue al INM por una recomendación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos emitida durante el lapso de año y medio, porque, subrayó, a México ingresan por diferentes vías 23 millones de personas al año, y la recomendación del organismo señala 21 casos. Por tanto, es injusto que se juzgue a una institución por una queja en año y medio.

En cuanto al programa de regularización, propuesto por el gobierno mexicano para los extranjeros que vivan aquí en situación irregular, se quedó muy por debajo de las expectativas lo que revela, admitieron ambos funcionarios consultados, que persiste la desconfianza de acercarse a la autoridad.

Dijeron que el programa citado concluirá este año y se revisarán las razones por las cuales no tuvo el efecto deseado; sólo se acercaron 3 mil extranjeros y creemos que hay muchos más viviendo en México de manera irregular, comentó Madrazo.

Al principio de 2015, el INM esperaba la regularización de al menos 30 de las 40 mil personas que viven aquí de manera irregular.

Del mismo tema, el Grupo de Trabajo sobre Política Migratoria –integrado por un amplio numéro de organizaciones no gubernamentales– solicitó la ampliación del programa, y que se incluya en esta regularización la autorización del permiso de trabajo y de residencia permanente.