Economía
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La caída de la producción petrolera tuvo un significativo impacto para el cálculo

Santander baja de 2.7 a 2.5% la previsión de crecimiento 2015

Influyeron además los ajustes en el gasto público anunciados para 2015 y 2016, menciona

La recuperación se basará en exportaciones no petroleras, gasto interno e inversión privada

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Marcos Martínez Gavica, presidente de Santander México, durante la entrega del Premio Santander a la innovación empresarial, el pasado junioFoto María Melédrez Parada
 
Periódico La Jornada
Lunes 21 de septiembre de 2015, p. 26

La caída en la producción petrolera y las restricciones en el gasto público motivaron que Grupo Financiero Santander, el tercer intermediario en importancia en el mercado mexicano, revisara otra vez los pronósticos de crecimiento para la economía nacional y haya modificado a la baja su estimado del producto interno bruto (PIB) para 2015 de 2.7 a 2.5 por ciento del pronóstico previo, mientras para 2016 la expectativa se ajustó a 3 desde 3.5 por ciento.

Este nuevo ajuste está en congruencia con los últimos estimados del Banco de México, que ubica el crecimiento entre 1.7 y 2.5 por ciento, y el pronóstico de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), que prevé un dinamismo económico para este año que oscilaría entre 2 y 2.8 por ciento.

En su Indicador semanal explicó que durante la primera mitad del año el PIB registró un crecimiento de 2.4 por ciento anual, en el cual la caída en la producción petrolera resultó en un impacto significativo a la baja. El descenso en el PIB petrolero podría haberle restado entre 4 y 5 décimas al crecimiento de la economía, consideraron los analistas.

Los especialistas del Grupo Financiero Santander estiman que los factores que impulsan la economía nacional provienen de las exportaciones no petroleras, el gasto de los consumidores y la inversión privada.

Sin embargo, los ajustes a la baja provienen en lo fundamental de la caída en la producción petrolera y de restricciones en el gasto público. Igualmente, algunas ramas de las manufacturas, como productos derivados de petróleo y carbón, han sido afectadas por descensos en precios de commodities.

Subrayaron que los problemas en la producción petrolera han derivado en revisiones a la baja en los volúmenes de producción de petróleo, en 2015 y ahora también para 2016.

Recordaron que en el contexto macroeconómico presentado por la SHCP hace un par de semanas se reconoció que para 2016 la producción promedio diaria de petróleo esperada se revisó a 2 millones 247 mil barriles diarios, en lugar del estimado original de 2 millones 400 mil barriles (presentado en marzo pasado).

Señalaron que ya en 2015 se estima un nivel de 2 millones 262 mil barriles, que representa una baja de 6.9 por ciento anual, de manera que para 2016 se tendría una caída adicional de la producción petrolera.

Considerando el volumen de producción en 2015, la previsión para 2016 implica una baja moderada respecto de lo esperado originalmente (2 millones 400 mil barriles), aunque sí implica un ajuste relevante que nos lleva a modificar el crecimiento del PIB estimado para 2017, refirieron los expertos. A este efecto de la caída de la producción petrolera habrá que considerar además los ajustes en el gasto público anunciados para 2015 y 2016.

Adicionalmente, reconocieron que los sectores de manufacturas y de la construcción han mostrado un crecimiento ligeramente menor a lo esperado. En el primer caso como resultado de algunas ramas de actividad que presentan bajas importantes en lo que va del año.

La rama de productos derivados de petróleo y carbón registra una caída anual entre enero y julio de 10.3 por ciento; la producción de metálicas básicas descendió 3.3 por ciento anual, y la industria química bajó 1.5.

Es factible suponer que algunas de estas industrias seguirán presentando resultados débiles, considerando las condiciones en los mercados internacionales, afirman.

En el sector de la construcción los renglones asociados al gasto privado como vivienda, espacios comerciales e industriales muestran un buen desempeño, y los impactos del gasto público (sector público, estados y municipios) han sido marginales.

Con las restricciones presupuestales en el gasto, agregaron, la recuperación seguirá proviniendo del gasto privado y en todo caso contribuiría la aceleración de las licitaciones para los proyectos de infraestructura.