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Hoy se festejan 70 años del recinto con redición de La fabrica de sueños y un concierto

Estudios Churubusco es ya parte del imaginario de México

Más que el corazón, son el punto neurálgico del cine nacional, afirma Carlos García Agraz, su titula

Una película, por más que se haga en digital, debe tener un sustento en 35 mm, insiste

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En los Estudios Churubusco ha quedado la inspiración de cineastas como Emilio Indio Fernández y Luis BuñuelFoto cortesía del recinto
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Carlos García Agraz, director de Estudios Churubusco, durante la entrevista en su oficinaFoto Rumania Olivares
 
Periódico La Jornada
Jueves 10 de septiembre de 2015, p. 8

La mañana del 10 de septiembre de 1945 se escuchó por primera vez la pizarra que daba comienzo a la filmación de La morena de mi copla, dirigida por Fernando Rivero.

Era la primera producción que se rodaba en los Estudios Churubusco, que tiene los mejores foros de América Latina, el cual ya es parte del imaginario de este país, comenta en entrevista con La Jornada Carlos García Agraz, director general del recinto, que este jueves celebra 70 años de existencia.

La fábrica del cine, como se conoce a los estudios –en alusión al libro de Tomás Pérez Turrent, editado en 1985– “no sólo es el corazón, sino el punto neurálgico del cine mexicano, y podemos hablar de todas las épocas (…) Lo que ha hecho grande al cine nacional se ha realizado ahí”, destaca García Agraz, director de películas como Mi querido Tom Mix.

En las instalaciones de los Churubusco se han maquilado los sueños de la linterna mágica nacional. En ellas han dejado su inspiración, alegrías y enojos, realizadores como Emilio Indio Fernández, Luis Buñuel, Roberto Gavaldón, Felipe Cazals, Arturo Ripstein... la lista es larga.

El más grande de AL

Son el complejo de producción y posproducción más grande de Latinoamérica. Tienen ocho foros, dos salas de regrabación y mezcla, un laboratorio fotoquímico, una sala de doblaje y un centro de postproducción digital. Su sala THX está entre las más modernas de América Latina. Actualmente, el área encargada de estos procesos es la única en México en obtener anualmente la certificación Eastman Kodak, de Rochester, Nueva York, por su capacidad de realizar hasta 60 copias diarias de un largometraje.

No se trata de celebrar al recinto y lo que en él se hace, sino a la gente que lo hace. También de cómo nos hemos adaptado a nuevas formas de hacer cine. Hoy éste se ha democratizado. En los años 50 no se concebía que no se hiciera en estudios. Aquí se realizaban los guiones, se preparaban las películas, se filmaba en sus foros y se editaba. Una cinta se podía hacer íntegramente en los estudios, afirma García Agraz.

Sin embargo, abunda, “hoy eso cambió radicalmente: con una laptop puedes hacer tu película y las cámaras son más fáciles de usar”.

El director reconoce que el laboratorio fotoquímico se fue al piso. Pasamos de procesar 6 millones de pies en 2010 a 200 mil, actualmente. La idea es no cerrarlo, porque significa parte de la historia de los estudios. Tiene un simbolismo muy fuerte.

Sin embargo, García Agraz insiste en que para preservar el cine nacional se tienen que mantener aspectos como el del mencionado laboratorio. Las películas, por más que se hagan en digital, deben tener de sustento una copia en 35 milímetros. Hay que recordar que el cine, por lo menos, ya duró 100 años. Además, nunca faltará un romántico que quiera filmar en 35 milímetros.

En la parte digital estamos batallando, porque el mercado se abrió: hay 60 casas privadas que digitalizan y dan buenos precios. Por eso estamos en la lucha de convencer a los productores para que vengan a hacer sus películas a los estudios, los cuales, por cierto, no sólo prestan servicios, sino también dan apoyo al cine nacional. Al ser sociedad anónima, los estudios buscan dinero; no obstante, cuando una película se atora y le falta algo, entramos a coproducción con servicios, no con dinero, porque no hay, afirmó.

Sobre el supuesto apoyo en dinero de los Churubusco para algunas producciones nacionales en la pasada gestión del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, comenta que “sí hubo aportación, pero ¿de dónde salió?, no tengo la remota idea. Seguimos dando en especie: hay 15 coproducciones caminando, que más bien son apoyos como al de La jaula de oro, que no dejan dinero, pero llevan el logo del recinto a todo el mundo, porque es cinta de festivales”.

Respecto de las interminables obras que en el recinto se realizan para la llamada pretenciosamente Ciudad del Cine, García Agraz adelantó que en “2016 estará toda la mole que se preparaba. Se tuvo que haber inaugurado en 2012, pero en el peritaje estructural hubo problemas. Se hizo un nuevo presupuesto que otorgará Conaculta sólo para reforzar la estructura; no es nada grave.

Este tarde noche los Estudios celebran con la presentación del libro La fábrica de sueños, que se redita ahora en tres volúmenes. La Orquesta de Cámara de Bellas Artes ofrecerá un concierto con piezas cinematográficas como Redes, y habrá una ceremonia coctel a la que acudirán personalidades de la industria.