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Últimas funciones de Un propósito claro, de Ileana Villarreal, en el teatro El Galeón

En escena el origen de la desolación y qué provoca la aflicción en las personas

Analizo cómo es la relación que uno guarda con ese otro, expresa la dramaturga a La Jornada

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Los actores Miguel Flores, en primer plano, y Cristian David en una escena de la obra, cuya trama se articula con las vicisitudes de tres marineros, el Capitán y Telescopio, personajes que no logran hallar una tierra prometida y deben lidiar con el hartazgoFoto Pili Pala/ cortesía de la producción
 
Periódico La Jornada
Sábado 1º de agosto de 2015, p. 7

Las vicisitudes de tres marineros, el Capitán y Telescopio, que se embarcan en un viaje con la finalidad de hallar una tierra prometida, articulan la trama de la obra Un propósito claro, de Ileana Villarreal.

Esa obra, escenificada anoche en el teatro El Galeón, del Centro Cultural del Bosque, tendrá funciones este sábado, mañana domingo y el lunes concluye temporada con la develación de una placa.

Durante la travesía, los personajes llegan al hartazgo y descubren que su peregrinar en realidad es un despropósito y cuando aparece la posibilidad de una ruptura, sus decisiones los llevan al punto donde comenzaron.

Villarreal, quien en 2010 obtuvo el Premio Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo, expresa a La Jornada que el tema de la obra es el origen de la desolación. Recuerda que al escribir el texto su intención fue desentrañar qué provoca la aflicción en el ser humano, por qué el individuo siente eso y de dónde proviene.

En el montaje, dirigido por Jesús Díaz, los personajes llevan varios años navegando para descubrir una tierra anhelada que no encuentran.

Sin embargo, lo interesante es lo que experimentan en el viaje. Los marineros se rebelan contra el capitán, cuando descubren que el pasajero, Telescopio, solicitó a aquél buscar una tierra prometida.

Los cinco pasajeros llevan años en busca de una mejor tierra que no encontrarán porque la trama no tiene que ver con eso, sino todo lo que viven en la embarcación los tripulantes, donde cada uno de los personajes descubre que carecen de rumbo fijo, se rebelan contra el Capitán y se dan cuenta de que no pueden tomar ninguna medida.

En la obra, los marineros creen tener metas en la vida, pero no son las que pensaban y a lo largo de la historia adquieren conciencia de sí mismos.

Convivencia complicada

El montaje de Ileana Villarreal refleja la forma de relacionarnos con el otro. “La obra –explica la autora– lleva a pensar en imágenes donde los cinco personajes, que están a bordo de la embarcación, no se ven más que las caras, pero después de tanto tiempo de navegar tienen que conversar, toda la convivencia se torna pesada; aquí surgen los disparadores de cómo puede ser la relación que uno guarda con ese otro”.

La compañía Idiotas Teatro propuso a la dramaturga poner en escena su texto, pues existe afinidad con el estilo y la poética de Villarreal.

El eje creativo de la agrupación consiste en retomar al actor, basándose principalmente en la experimentación de la técnica clown en obras clásicas y contemporáneas de diferentes estilos y géneros, que permiten crear nuevas dramaturgias desde el actor creador y la utilización del lenguaje actoral, la música y el gesto corporal.

En la obra participan Antonio Zúñiga, José Carlos Rodríguez, Miguel Flores, Cristian David y Fernando Reyes Reyes. El músico en escena es Juan Pablo Villa, cantante y compositor dedicado a la investigación y exploración vocal.

Las últimas funciones de Un propósito claro, en el teatro El Galeón del Centro Cultural del Bosque (Paseo de la Reforma y Campo Marte, Bosque de Chapultepec, estación Auditorio del Metro) son hoy primero de agosto a las 19 horas y el domingo 2 de agosto a las 18 horas y el lunes a las 20 horas.