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El sistema económico actual ya no lo aguantan los pueblos

Francisco: tierra, trabajo y techo son derechos sagrados

El Papa argentino pidió perdón por los pecados cometidos en el nombre de Dios ante los pueblos originarios de América

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El presidente de Bolivia, Evo Morales, entregó al papa Francisco un cristo cuya cruz está formada por una hoz y un martillo. El crucifijo comunista es tendencia en redes socialesFoto Ap
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Viernes 10 de julio de 2015, p. 32

Santa Cruz Bolivia

La visita del papa Francisco a Bolivia ha subido el nivel de expectativas, sobre todo cuando ha hecho reflexiones críticas profundas, como en la catedral de La Paz, y el llamado al diálogo a Chile y Bolivia para superar sus diferendos en torno al mar. Sin duda el mensaje que ofreció por la tarde noche al segundo Encuentro Mundial de los Movimientos Populares ha sido la reflexión más crítica, contundente y elaborada en materia social. Ahí el Papa concluyó que el futuro de la humanidad no está en las manos de los líderes actuales ni de las élites, sino en las manos del pueblo y en la capacidad de los pobres para organizarse.

Desde la Rerun Novarun de León XIII, en 1891, ningún Papa había asumido la cuestión social con tal contundencia como ayer lo hizo el papa Francisco. Dicho de otra manera, está revolucionando –sin apartarse de la tradición– la manera en que la institución afronta la llamada cuestión social, que es la columna de la doctrina social de la Iglesia.

Reacciones diplomáticas de Chile y Bolivia

El ex presidente y portavoz boliviano de la demanda marítima, Carlos Mesa, consideró que Jorge Mario Bergoglio expresó un inequívoco respaldo al diálogo para la resolución del diferendo marítimo entre Bolivia y Chile. A su vez, desde Santiago, el canciller chileno Heraldo Muñoz recordó que Chile ha estado siempre abierto al diálogo y que fue Bolivia quien lo frustró, con la demanda unilateral ante la Corte.

Bolivia entabló en 2013 un juicio contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia para negociar una salida soberana al mar, la que perdió en la denominada Guerra del Pacífico, de 1879.

Según expertos internacionales, después del deshielo entre Estados Unidos y Cuba, el litigio entre Chile y Bolivia pasa a primer plano y se vuelve protagónica la acción diplomática del Vaticano para una mediación.

Inquietud por la salud del Papa

Varias personas que estuvieron el miércoles cerca del Papa argentino destacaron la fortaleza y buen ánimo de Francisco ante la larga jornada, pero reconocieron verlo cansado. Por momentos, a su llegada a Bolivia, en la fría noche de la Paz, se veía a Bergoglio con buen ánimo, pero fatigado.

El Papa, de 78 años y con problemas pulmonares, estaba afectado por la altura de la capital boliviana, casi 4 mil metros sobre el nivel del mar, reveló el embajador argentino en Bolivia, Ariel Basteiro. Ayer Francisco estaba medio afectado por la altura, estaba agitado y mareado. No le habrá sido un tránsito sencillo el paso por La Paz.

Mensaje al Encuentro Mundial de Movimientos Populares

En cerca de una hora, el papa Francisco pronunció el mensaje más fuerte de su pontificado en materia social, que requerirá sin duda un análisis detallado, ya que contiene diferentes aristas, complejas y profundas.

Bergoglio, ante cerca de mil 500 delegados, 600 de Bolivia y 900 de diferentes países, no utilizó sutilezas ni diplomacias y de manera frontal planteó que el sistema económico actual ya no lo aguantan los pueblos ni la Madre Tierra y que se necesitan cambios profundos de estructuras.

En el último acto público del jueves, en Santa Cruz, sede de la Expo Feria, Francisco pronunció uno de las alocuciones que, sin duda, será recordada por la contundencia y claridad crítica. Asume las conclusiones de los participantes, referentes a las llamadas tres T, es decir la tierra, trabajo y techo, como derechos sagrados para todos. Sin embargo, el Papa fue más allá de las denuncias que venía planteando en torno del sistema del descarte y la economía mundial, este sistema idolátrico del dinero contradice todo el mensaje de Jesús y es antagónico a la proclama cristiana de la buena nueva. Incluso pone a debate el uso que se da a la propiedad privada y reivindica el destino universal de los bienes como un principio anterior y no retórico de la doctrina social de la Iglesia.

Con aflicción sentenció que ante tantas injusticias y pobrezas hay una humanidad doliente y ante tanto dolor se nos estremecen las entrañas. Francisco también criticó a la misma Iglesia católica. La Iglesia no puede esta ajena a todo esto, exclamó, y reconoció con pesar los pecados cometidos en el nombre de Dios, en especial ante los pueblos originarios de América.

Como su antecesor, Juan Pablo II, pidió perdón, pero reconoció también que cientos de sacerdotes, obispos, religiosas y monjas han sido solidarios con el pueblo. La Iglesia ha vivido entre el pecado y la gracia, sentenció.

Aplaudido en muchas ocasiones, el pontífice argentino fue más lejos en su reflexión que las conclusiones puestas sobre la mesa por los participantes y del mismo discurso del presidente Evo Morales.

Francisco propuso tres grandes tareas básicas: lograr que la economía esté al servicio de los pueblos. Enfrentar la economía de la exclusión que empobrece y mata a los seres humanos y a la Madre Tierra.

Unir a los pueblos en el camino de la paz y la justicia; en el caso de nuestro continente, estrechar los lazos para construir la patria grande, pues vivimos un contexto de tercera guerra mundial, señaló, que destruye fragmentariamente. Insistió en que la fe cristiana es revolucionaria, porque desafía la idolatría del dinero.

Y como último punto la defensa de la Madre Tierra, la casa común.

El mensaje de Francisco marca nuevos derroteros en la vida de la Iglesia y sin duda provocará reacciones en los poderosos núcleos conservadores no solo de la Iglesia, sino de camarillas cristianas del capitalismo salvaje.