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La cantante se suma a las voces femeninas del género en México con su disco Luna de octubre

Cuando se trata de blues no debes pensar en cantarlo, sino en vivirlo: Steffie Beltt

A partir de los clásicos debemos hacer algo diferente; no me interesa seguir estructuras tal cual, dice

 
Periódico La Jornada
Viernes 3 de julio de 2015, p. a11

Con Luna de octubre, su primer disco, la cantante de blues Steffie Beltt se suma a las voces femeninas que en México expresan el ritmo base del rock y, sin arañas en la mente, se presenta en sitios convencionales –y no tanto–, como la estación Mixcoac del Metro, en el área de transbordo, que se ha convertido en un foro en el que se detienen los usuarios para ver danza y pintura, escuchar música o presenciar algún performance.

Esta última idea fue expresada en entrevista por Beltt, quien agregó: “Canto desde que tengo memoria, porque mi padre es cantante de ópera. En mi casa siempre canté; profesionalmente lo hago desde hace cinco años, en bodas, en restaurantes, etcétera. Hace dos años comencé a desarrollar mi proyecto de jazz y blues.

“Debo decir que hace unos años yo no conocía este estilo. Mi mamá es cubana, traigo esa raíz y siempre me han dicho que canto como negra. Lo intenté y me encantó, porque el blues es la raíz de la música popular contemporánea. Viene el blues, luego el rocanrol y de ahí se deriva todo. Llegar a la esencia de la música de hoy día es maravilloso.

Se nota mucho la deficiencia en la gente que no ha pasado por el blues o que no lo conoce. Lo llevaron los africanos a Estados Unidos y era un grito de esperanza. Hace poco falleció B.B. King, uno de los pocos que nos quedaban de las viejas épocas. Sabemos que esto comenzó hace mucho tiempo, en el siglo pasado. Ya hay un ángel en el cielo tocando blues.

De las cantantes femeninas le agradan intérpretes de géneros como el R&B, el funk, etcétera. Janis Joplin es de las bluseras que más me mueve. Admiro su impresionante fuerza, su sentimiento, su estilo y entusiasmo. Dicen que no sabía cantar, pero ella no era una cantante en sentido estricto, sino una intérprete.

Steffie primero estudió ópera. “Descubrí que cuando se trata de blues no debes pensar en cantar: tienes que sentirlo y vivirlo. El blues tiene una estructura musical clásica, que son ciertas vueltas en el mismo tono, en la misma armonía. Lo importante es que del blues se desprenden otros géneros y lo interesante es hacer una mezcla.

“Hoy tenemos que hacer algo totalmente diferente a lo realizado hace 40 años. Janis hizo bien lo suyo, al igual que Muddy Waters. Hay que hacer algo diferente a partir de ellos. No me interesa seguir tal cual la estructura. A la gente que lo conoce le encanta, y quien empieza a escucharlo desea saber y disfrutarlo más y más. Nada más hay que oír a Janis, a José Cruz, a Betsy Pecanins.”

Ya se ha presentado con su grupo en el Ruta 61. “A los dos meses de que fundamos el grupo estuvimos ahí. Hay festivales de blues y pulque... porque es una música muy profunda, y nunca faltan las chelas, el pulque, el viaje. Es para seguirlo.”

Dijo que cuando se es cantante en lo único que se piensa es en sacar un disco. “Cuando lo logras gritas: ‘¡Por fin!’ El de nosotros es un disco-objeto, con una cajita que semeja madera. Esto tiene que ver más con las raíces negras.”

El diseño tiene forma de luna. Son 10 canciones, cuyas letras son de Steffie; de siete hizo la música y tres fueron de su armoniquista, Víctor Gally, quien estudió el instrumento con José Cruz. Este dijo: La armónica aporta fuerza a la letra, a la voz. Es el instrumento más parecido a la voz. Es diatónico y tiene la escala natural; puede parecer muy fácil, pero no es así y muchos se quedan en el inicio. Es único. En el disco algunas veces suena más al tocarse la guitarra. Ya llevo muchos años y puedo afirmar que la técnica requiere mucho esfuerzo. Aprendí a tocar armónica de manera intuitiva.

Su trabajo se aprecia en Expensive, que trata del tiempo que una persona invierte para ganar unos cuantos pesos. Ese dolor a ritmo de blues, un largo blues.