Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 31 de mayo de 2015 Num: 1056

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Del Paso y Toscana:
locura y erudición en
la literatura mexicana

Héctor Iván González

La primavera interna
de Gógol

Edgar Aguilar

La calle del error
Juan Manuel Roca

Crónica y frenesí
de Pedro Lemebel

Gustavo Ogarrio

¿Quién llorará a
Pedro Lemebel?

Mario Bacilio Tijuana

Leer

Columnas:
Tomar la Palabra
Agustín Ramos Aguilar
Jornada Virtual
Naief Yehya
Artes Visuales
Germaine Gómez Haro
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Paso a Retirarme
Ana García Bergua
Cabezalcubo
Jorge Moch
Prosaismos
Orlando Ortiz
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
Núm. anteriores
[email protected]
@JornadaSemanal
La Jornada Semanal

 

Jorge Moch
[email protected]
Twitter: @JorgeMoch

La dama de las carroñas

En persecución del impacto mediático que genere contratos publicitarios para Televisa, la peruana Laura Bozzo cocina otro escándalo a partir de la miseria acosando a la madre de Cristopher Raymundo Márquez Mora, el niño asesinado por sus primos y otros adolescentes enajenados. Ahora es Chihuahua como en otras ocasiones Bozzo se ha visto involucrada en problemas en Puebla, cuando se quiso ungir a sí misma como investigadora en la muerte de Karla López Albert, o en Sinaloa cuando trató, en otro montaje donde ella misma resultaba la heroína, de husmear en las investigaciones judiciales del caso de una menor violada. No es nada nuevo que Laura Bozzo, a quien se vinculó como informante en las operaciones de guerra sucia de Vladimiro Montesinos en su Perú natal durante el gobierno de Alberto Fujimori, quien purga condena de 25 años en la cárcel por crímenes de lesa humanidad durante su mandato y varias acusaciones probadas de corrupción, esté en la palestra por escándalos judiciales. Vladimiro Montesinos, con quien presuntamente Bozzo mantuvo una relación sentimental y era nada menos jefe del Servicio de Inteligencia Nacional (algo así como el CISEN mexicano), fue creador del grupo paramilitar de asesinos colina, y actualmente purga también sentencia carcelaria en Perú después de haber evadido a la justicia de su país por varios años. Por su involucramiento en la guerra sucia del fujimorato, Laura Bozzo estuvo recluida en prisión domiciliaria por tres años, al término de los cuales hizo las maletas y vino a México donde, dice, la recibimos los mexicanos con brazos abiertos. Lo cierto es que quien la mantiene en México es Televisa, que nunca ha brillado por su nitidez ética, para gestionar ocasional golpeteo mediático a periodistas incómodos al régimen priísta, como fue el caso de Carmen Aristegui, o como simple instrumento de escándalo y distracción con ese programa de televisión conocido hasta la náusea por un estilo estridente y virulento en el que la Bozzo suele ensalzarse a sí misma como defensora de los menos favorecidos. Lo también cierto es que Bozzo suele utilizar sus contactos empresariales y políticos en coyunturas informativas para promocionarse por medio de montajes televisivos que hace aparecer como reportajes de denuncia. No hace mucho causó indignación al disfrazarse de rescatista y utilizar un helicóptero del gobierno del Estado de México para hacerse un montaje en el que pareciera estar auxiliando a los pobladores de Coyuca de Benítez cuando los huracanes Ingrid y Manuel golpearon con particular violencia la costa de Guerrero.

A Bozzo le ha sido negada varias veces ya la nacionalidad mexicana, la primera en 2012 y la segunda un año después. Hay varias mociones públicas para que le sea negada la ciudadanía en nuestro país e incluso para que sea expulsada en los términos del artículo 33 constitucional. Uno de los promotores más activos de su expulsión es el doctor en Derecho Manuel Alejandro Vázquez Flores, quien alguna vez ha manifestado que por su activismo en contra de Bozzo ha recibido amenazas.

El programa de Laura Bozzo exalta la miseria de un sector poblacional que seducido por el morbo es paradójicamente su nicho de audiencia. Bozzo es prepotente, pendenciera y vulgar. Escarba en pleitos de familia o barriada y los exhibe denostando a sus “invitados”… que han resultado ser, según investigaciones periodísticas y oficiales en Perú, actores pagados que siguen un guión escrito por el equipo de la conductora, es decir, son casos falsos. Ha llegado al extremo aberrante de reciclar la misma actriz, en un episodio como víctima de violación y en otro como la chica rescatada de los escombros de un terremoto. Ahora quiere lucrar con la tragedia de Cristopher aduciendo que la madre aceptó inicialmente su “ayuda”.

¿Y las autoridades? Bien, gracias. Ni la Secretaría de Gobernación por sus actividades siendo extranjera, ni la de Comunicaciones por la falsedad de contenidos de su programa, ni la de Educación por el impacto negativo que sus transmisiones pueden tener en la niñez han intervenido. La protege Televisa porque le sirve para seguir lucrando con índices de una teleaudiencia morbosa, terriblemente inculta e indolente. Es una carroñera prepotente. Ya tardó el gobierno en proceder.

Es una aberración y una afrenta a la dignidad ya de por sí pisoteada de los mexicanos que esa mujer siga haciendo de la televisión una de las peores exhibiciones de podredumbre y vulgaridad en la historia de la televisión mexicana.