Editorial
Ver día anteriorJueves 14 de mayo de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Palestina y el Vaticano: reconocimiento positivo
E

l subsecretario vaticano para las Relaciones con los Estados, Antoine Camilleri, anunció ayer la firma de un tratado en el que la sede católica reconoce al Estado Palestino y aboga por la constitución de dos estados para la solución del más antiguo de los conflictos en Medio Oriente. De acuerdo con el funcionario, el acuerdo podría servir para alentar de algún modo a la comunidad internacional, y en particular a las partes más directamente implicadas, a emprender una acción más decisiva para contribuir a alcanzar una paz duradera.

El anuncio referido adquiere significación adicional por cuanto se produce a pocos días de que el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, sea recibido por Jorge Mario Bergoglio, en coincidencia con la canonización de dos religiosas nacidas en territorio palestino. El tratado implica la formalización del cambio de matiz que se había prefigurado ya desde el año pasado, cuando el pontífice visitó Tierra Santa y se refirió en todo momento a un Estado de Palestina.

El reconocimiento oficial de dicho Estado por el Vaticano es un hecho saludable por cuanto contribuye a acotar la política inhumana y depredadora de ocupación y cerco que ha padecido la población palestina a lo largo de casi 50 años; otorga al pueblo victimado el reconocimiento de un importante actor internacional y refuerza las perspectivas de creación de un país independiente para los palestinos en los términos establecidos por la propia legalidad internacional (resoluciones 242 y 338 de la ONU). En contraparte, la postura vaticana plantea un revés adicional al belicismo de Tel Aviv y aísla aún más a esa potencia militar, de por sí cuestionada por la comunidad internacional por el trato hostil e inhumano que dispensa a las poblaciones de Cisjordania, Gaza y la Jerusalén oriental.

Por otra parte, el reconocimiento de un Estado Palestino por el Vaticano es la confirmación de que la política renovadora de Francisco trasciende el ámbito meramente pastoral y clerical, e incide en el de la política internacional. A contrapelo del alineamiento que se observó durante los pontificados de Karol Wojtyla y Joseph Ratzinger respecto de las directrices de Washington, el obispo argentino ha mostrado apertura inédita con posturas como el tratado anunciado ayer y el encuentro que sostuvo hace tres días con el presidente cubano, Raúl Castro, así como el anuncio de una próxima visita a La Habana.

Particularmente positivo es que estos virajes trasciendan el ámbito del pronunciamiento público y se incorporen en documentos como el referido, pues ello reviste de formalidad los cambios que emprenda el Vaticano en el pontificado actual e incrementa los costos de un eventual intento por revertirlos en el futuro.

Cabe esperar que el ejemplo cunda en otros gobiernos que hasta ahora no han extendido el reconocimiento a Palestina como un Estado libre y soberano, México entre ellos. No hay razón para seguir postergando ese acto de justicia elemental y para no impulsar, por la vía diplomática, la constitución de un Estado en la totalidad de Cisjordania, Gaza y Jerusalén oriental.