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Desastre aéreo en los Alpes franceses
El copiloto se encerró en la cabina y realizó el descenso

Autoridades francesas que escucharon la grabación de la caja negra afirman que el capitán salió de la sala de mando y cuando observó la anomalía intentó regresar sin éxito

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Imagen del perfil de Andreas Lubitz en la página de FacebookFoto Reuters
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Brice Robin (centro), fiscal de Marsella y el general David Galtier (derecha) ofrecieron una conferencia de prensa para informar sobre los avances en la investigaciónFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Viernes 27 de marzo de 2015, p. 2

París.

El vuelo 4U9525 de la compañía Germanwings empezó como cualquier otro, con conversaciones habituales entre los dos pilotos, pero, tras una salida del comandante de a bordo de la cabina de pilotaje, terminó en tragedia, a impulso del joven copiloto.

El fiscal francés Brice Robin contó el jueves lo ocurrido, basándose en la grabación de los sonidos de la cabina de la caja negra del avión que se estrelló el martes en los Alpes franceses cuando realizaba el trayecto entre Barcelona y Düsseldorf.

Durante los primeros 20 minutos del vuelo, los dos pilotos (el comandante de a bordo y el copiloto) conversaron de manera completamente normal, e incluso cortés y jovial, como dos pilotos durante un vuelo. No pasa nada anormal, contó Brice Robin, fiscal a cargo de la investigación judicial en Francia, en referencia a esos momentos, siempre a partir de la grabación de la caja negra que registró las conversaciones en la cabina de pilotos.

Al mismo tiempo, el avión alcanzó normalmente su altitud y su velocidad de crucero. Un último contacto fue mantenido con los controladores aéreos en el momento en que el avión entraba en el espacio aéreo francés.

En la grabación se oye luego al comandante preparar el aterrizaje en Düsseldorf. Las respuestas del copiloto parecen lacónicas.

El copiloto es Andreas Lubitz, de 28 años de edad y nacionalidad alemana.

“Después se oye al comandante de a bordo pedir al copiloto que tome el mando, el ruido del asiento que retrocede y de la puerta que se cierra.

“Podemos pensar legítimamente que se ausentó para atender una necesidad natural. En ese momento el copiloto queda solo, manipula los botones del flight monitoring system (sistema de seguimiento de vuelo), para accionar el descenso del aparato”.

Al igual que la justicia francesa, los directivos de las Germanwings y Lufthansa, su casa matriz, apuntaron al copiloto como origen de la catástrofe. Él bloqueó la puerta de la cabina, según fuentes alemanas.

En el avión, la acción sobre el seleccionador de altitud sólo puede ser voluntaria, precisó el fiscal francés.

En la grabación de la caja negra se oyen varios llamados del comandante pidiendo el acceso a la cabina de pilotaje por intermedio del interfono con visor. Se identificó, pero no hay ninguna respuesta del copiloto. Golpeó después la puerta, siempre sin recibir respuesta. En ese momento se oye un ruido de respiración humana dentro de la cabina. Ese ruido dura hasta el impacto final, lo que quiere decir que el copiloto estaba vivo.

Cuando los controladores aéreos se dieron cuenta de que el Airbus A320 cambiaba de altitud e iniciaba un descenso sin modificar su trayectoria rectilínea, la torre de control de Marsella (sur de Francia) trató varias veces de contactarlo. Pidieron al avión que hiciera el código de emergencia, el 7700, pero no recibieron ninguna respuesta del copiloto, prosiguió el fiscal.

Al acercarse a tierra, sonaron las alarmas, perfectamente audibles en la grabación. En ese momento se oyen golpes asestados violentamente como para derribar la puerta, pero es una puerta blindada, conforme a las reglas internacionales, agregó Robin.

Justo antes del impacto final, se oye lo que puede ser probablemente el ruido de un primer choque contra un talud. El avión se deslizó probablemente por una pendiente antes de chocar, a 700 kilómetros por hora, contra la montaña. Ningún mensaje de socorro o de emergencia fue recibido por los controladores aéreos. No se dio ninguna respuesta a sus numerosos mensajes.

Según el fiscal, fue sólo unos segundos antes del impacto que los pasajeros se dieron cuenta de que iban a estrellarse. Y sus gritos de terror se oyen justo antes del choque contra la montaña.

Para la justicia francesa, la interpretación más verosímil es que el copiloto, voluntariamente, rehusó abrir la puerta de la cabina al comandante y accionó el botón de pérdida de altitud, por una razón que ignoramos totalmente, pero que puede analizarse como una voluntad de destruir el avión.