Economía
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Hace apenas dos meses decía que se observaba una moderada recuperación

Un tanto débil, el desempeño económico del país, alerta BdeM

El balance de riesgo para el crecimiento se ha deteriorado, admite

Menor dinamismo muestran las exportaciones, sigue en caída la producción petrolera y la industrial se desacelera

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Agustín Carstens, gobernador del banco central. Imagen de archivoFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Viernes 27 de marzo de 2015, p. 29

El desempeño reciente de la actividad económica en el país ha sido un tanto débil. La afirmación es de la junta de gobierno del Banco de México (BdeM). Hace apenas dos meses la misma instancia observaba que la economía registraba una moderada recuperación. La situación ha cambiado, en medio de una desaceleración de las exportaciones a Estados Unidos, la persistente caída en la producción de petróleo y el poco vigor del mercado interno. En suma: el balance de riesgos para el crecimiento se ha deteriorado, sostuvo el banco.

En ese entorno de débil crecimiento y con una inflación que, en términos anuales, se ubica debajo de la meta de 3 por ciento, el banco central decidió, como anticipaba la mayoría de analistas, mantener en 3 por ciento su tasa de referencia, cuyo nivel determina el costo del crédito para empresas y personas y el rendimiento para los ahorradores en el sistema financiero formal.

La valoración sobre la economía mexicana hecha por la junta de gobierno del banco central en su reunión bimestral de política monetaria da cuenta de un entorno económico débil.

La actividad económica en México ha tenido un desempeño un tanto débil. Las exportaciones registraron menor dinamismo al inicio del año, principalmente como resultado de una moderación en el ritmo de la actividad manufacturera en Estados Unidos. Adicionalmente, continúa observándose una reducción en la plataforma de producción de petróleo, que ha contribuido a un menor crecimiento de la producción industrial. Por su parte, la inversión sigue presentando una recuperación moderada, al tiempo que algunos de los indicadores más relevantes relacionados con el consumo interno continúan mostrando poco vigor, sostuvo la junta de gobierno del banco central.

En el frente externo, el banco central advirtió sobre un entorno de volatilidad que puede afectar el tipo de cambio. A pesar de que la moneda mexicana llegó a acumular una depreciación anual de 20 por ciento frente al dólar, los movimientos en el tipo de cambio, sostuvo, se han dado de manera ordenada.

La disminución en el precio del petróleo y la previsión de que permanecerá en niveles bajos por un periodo prolongado, junto con la expectativa de una política monetaria menos laxa en Estados Unidos y la desaceleración de la economía mundial, han dado lugar a un incremento en la volatilidad de los mercados financieros internacionales, que han acentuado las vulnerabilidades de algunas economías emergentes, planteó.

En este entorno, abundó, se han registrado depreciaciones generalizadas de las monedas de dichas economías frente al dólar, incluído el peso mexicano, añadió. El valor de la moneda mexicana ha sido particularmente sensible a las caídas en el precio del petróleo, un movimiento que en parte refleja preocupaciones sobre la implicación que ese ajuste puede tener en la situación fiscal (un tercio del gasto público se financia con las ventas de petróleo) y de cuenta corriente.

Hasta el momento, estos movimientos en la cotización de la moneda nacional se han dado de manera relativamente ordenada. Sin embargo, no puede descartarse que en el futuro se incremente la volatilidad en los mercados financieros internacionales y que ello tenga efecto sobre la volatilidad cambiaria, especialmente ante la perspectiva de un incremento en la tasa de interés de la Reserva Federal durante 2015, consideró. Por ello, siguió, será de gran importancia que se fortalezca el marco macroeconómico de México cuando sea oportuno, principalmente en el ámbito fiscal y también en el monetario.

Un eventual incremento en las tasas de interés en Estados Unidos podría revertir los flujos de inversión que han llegado México para adquirir bonos gubernamentales, lo que, de acuerdo con analistas, tendría efecto en el tipo de cambio del peso.

En el comunicado, el Banco de México confirmó que está dispuesto a tomar las medidas necesarias, una vez que la Fed incremente sus tasas de interés, con el fin de que la inflación se mantenga en torno a 3 por ciento y se consolide ese nivel de precios.

La junta de gobierno no observa que existan presiones inflacionarias, e incluso anticipó que la inflación terminará el año debajo de la meta anual de 3 por ciento.

Con base en la valoración sobre la situación económica y la inflación, así como de la posibilidad de que la Fed modifique su política monetaria de bajas tasas de interés, la junta de gobierno decidió mantener en 3 por ciento su tasa de interés, en virtud de que consideró que la actual postura de política monetaria es congruente con el objetivo de inflación, dado que las condiciones cíclicas de la economía muestran debilidad, la inflación observada (de 2.97 por ciento anual) es menor al objetivo y las expectativas de inflación se encuentran ancladas.

Sin embargo, apuntó que por estar la economía mexicana altamente integrada a la estadunidense, un eventual movimiento en las tasas de interés en aquel país podría tener repercusiones sobre el tipo de cambio, las expectativas de inflación y la dinámica de precios en México. Por tanto, abundó, la junta de gobierno del banco central se mantendrá atenta a la evolución de todos los determinantes de inflación, pero particularmente a la postura monetaria relativa entre México y Estados Unidos, acotación que, de acuerdo con analistas, implica que las tasas de referencia subirán en México prácticamente en concordancia con los movimientos que registren en aquel país.