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La obra de Diana Reséndiz se escenifica los viernes en el foro cultural Un Teatro

Reflexiona dramaturga sobre el disfrute de los cuerpos y la experiencia de libertad y deseo
 
Periódico La Jornada
Viernes 27 de marzo de 2015, p. 4

La obra El cuerpo enamorado, de la dramaturga Diana Reséndiz (DF, 1981), se basa en testimonios sobre las relaciones amorosas e introduce al espectador en un laberinto de sentimientos y contradicciones.

El montaje, que se escenifica los viernes en el foro cultural Un Teatro, aborda el deseo, el amor y el placer.

La propuesta es resultado del Laboratorio de Investigación Escénica El Atorón, impulsado por Luis Escárcega, con el cual finalizó su maestría en dirección en la Escuela Nacional de Arte Teatral, y cuyas líneas de exploración son el cuerpo y las relaciones humanas, así como la monogamia, el libertinaje y la infidelidad.

La dramaturga, productora y gestora cultural se basa en el libro Teoría del cuerpo enamorado, de Michel Onfray, donde se plantea: ¿qué es el amor?, ¿por qué es diferente el deseo del hombre y de la mujer?, ¿qué buscamos en una relación?

Con las actuaciones de Julieta Cano, Israel Cabrera, Karen Orozco, Omar García y Luis Escárcega, quien también dirige la puesta en escena, Reséndiz propone una reflexión sobre el disfrute de los cuerpos y la experiencia de libertad y deseo.

Preocupaciones y traumas

Del libro de Onfray, Reséndiz retoma la diferencia corporal entre géneros. “Las mujeres lo que sienten es desde adentro, es escondido, inhóspito, y en los hombres siempre es hacia afuera.

“También retomo –explica– las ideas preconcebidas que nos limitan sobre el placer, el amor y el deseo. Después de leer el libro de Onfray me imagine la obra como el viaje de una pareja, que me permite examinar las preocupaciones y traumas que conlleva una relación amorosa”.

La obra, que se estrenó el año pasado en el Centro Nacional de las Artes, confirma que es diferente la forma de amar y de entregarse de los seres humanos, debido a las ideas impuestas por la familia o la sociedad y que reprimen nuestro placer, pues en el país no es lo mismo la infidelidad de un hombre que la de una mujer.

El montaje refleja también las limitantes que existen hoy en lo que se refiere al contacto entre un hombre y una mujer, la relación corporal, espiritual, el contacto real y verbal.

Los actores invitan a los espectadores a participar, que ellos mismos trastoquen sus límites, pues todo ocurre como si se tratara de un festín, donde un caballero invita a una dama a tomar una copa de vino y viceversa con la finalidad de explorar las sensaciones amorosas, el encuentro de dos cuerpos.

“Al final del montaje –explica Reséndiz– se realiza una especie de juicio sobre liberar el cuerpo o reprimirlo y, por supuesto, el espectador forma parte de la discusión. La dinámica, la energía y la experiencia es diferente en cada función.

El público se pregunta si vive feliz o si sigue las costumbres de una sociedad y repite patrones, también le preguntamos, ¿qué pasaría si hay otras formas de relacionarnos?

La obra contiene escenas de danza contacto-improvisación, así como de acroyoga, que sirven al espectador como espejo de lo que sucede en una relación.

La temporada de El cuerpo enamorado terminará el primero de mayo. Funciones los viernes, a las 21 horas, en el foro cultural Un Teatro (Nuevo León 45, colonia Hipódromo Condesa).