San Agustín Etla, Oax., 16 de noviembre.

Un ambiente lúgubre inundó la noche de este sábado el Centro de las Artes de San Agustín (Casa), con la presentación de la obra Muerte, escrita, dirigida e interpretada por María Morett, en la que con música, poesía, canto y luces aborda obras del oaxaqueño Andrés Henestrosa y de Juan Rulfo, Jaime Sabines y Macedonio Alcalá, entre otros grandes músicos y literatos.

La planta alta del Casa, espacio fundado por el artista plástico Francisco Toledo, fue el lugar idóneo para la puesta en escena que ya se presentó en el panteón San Miguel de la ciudad de Oaxaca y en el teatro Macedonio Alcalá. La pieza teatral tiene a la migración y la muerte como ejes centrales, aunque ésta, señaló la autora, no es una obra de teatro lineal, sino un espectáculo.

Muerte, señala la dramaturga, surgió en 1996 cuando recibió una beca de jóvenes creadores. En aquel entonces montó un espectáculo en la zona fronteriza con Estados Unidos, donde tuvo un fuerte acercamiento con el fenómeno migratorio y conoció muchas historias de lo que ocurre en el cruce. Eso dio paso a diversos sueños en los que veía ahogados, y luego soñaba con la feria y procesiones de muertos. Tras amalgamar todo lo anterior, surgieron las escenas en su mente, principalmente al mezclar los textos de Juan Rulfo y Jaime Sabines.

El espectáculo cuenta sólo con intérpretes oaxaqueños –con excepción de ella– pertenecientes a la compañía MxTeatro. Participan además el dueto Bajo mis manos, y Max, un acordeonista invidente, a quien usualmente se le encuentra en el andador turístico de la ciudad de Oaxaca tocando su instrumento.

Con Muerte, la compañía MxTeatro obtuvo el premio de Excelencia en el International Fringe Festival, de Nueva York, en 2000, además de que ha sido presentada en festivales como el Cervantino y en Estados Unidos y Argentina.

La obra inicia con Morett, quien en un monólogo con la música de acordeón como fondo habla acerca de la muerte y la vida y sobre la forma en que se entrelazan. Mientras esto ocurre, la Muerte ronda el lugar y con su túnica negra y rostro blanco, para observar a los asistentes al espectáculo. Más tarde aparece una familia que llora y lleva en hombros un cuerpo envuelto en un petate. En ese momento se habla del coyote y el mojado, y cómo mueren en la frontera bajo el fuego de las armas de los vigilantes fronterizos. El mojado buscó el sueño americano para dar una mejor vida a su familia, pero en vez de eso encontró la muerte.

Al frente del escenario fueron colocadas 43 veladoras en referencia a los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, Guerrero.