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El Congreso rechaza debatir la propuesta

Exigen en Ucrania convertir en héroes a ultranacionalistas
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Unos 200 militantes de corte neonazi se enfrentaron a la policía afuera del Legislativo, ayer en Kiev, luego de que los diputados rechazaron incluir en la agenda una resolución que pretendía convertir en héroes a los integrantes del Ejército Insurgente Ucranio que combatieron del lado de las tropas hitlerianas en la Segunda Guerra MundialFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 15 de octubre de 2014, p. 29

Moscú, 14 de octubre.

A dos semanas de que se celebren en Ucrania comicios parlamentarios anticipados, la negativa de los diputados de la Rada saliente a incluir en el orden del día una resolución promovida por los ultranacionalistas derivó este martes en violentos enfrentamientos entre manifestantes y policías junto a la sede del Legislativo en Kiev.

Cerca de 200 militantes de corte neonazi –la mayoría jóvenes y muchos con pasamontañas y banderas del partido Svoboda (Libertad) y del Sector de Derecha– comenzaron a lanzar cocteles molotov, bombas de humo y piedras cuando los diputados votaron en contra de incluir en la agenda la resolución que pretendía convertir en héroes a los integrantes del Ejército Insurgente Ucranio (EIU), al señalar que lucharon en la Segunda Guerra Mundial por la libertad y la independencia de Ucrania.

Siete veces se sometió a votación y en ninguna se obtuvo el mínimo necesario para debatir si el EIU, que combatió al ejército rojo del lado de las tropas hitlerianas, merecía el reconocimiento propuesto por Svoboda, cuya bancada abandonó la sala.

Miles de seguidores de los ultranacionalistas –cerca de ocho mil personas, según la mayor parte de los reportes noticiosos–, que participaban en una marcha para conmemorar el 72 aniversario de la fundación del EIU se sumaron a la protesta junto a la Rada.

Tras un frustrado intento de asalto, rechazado por miles de policías que rodearon el edificio formando tres cinturones de seguridad, quedó un saldo de una veintena de lesionados y cerca de 50 detenidos.

El incidente ocurrió apenas un día después de que alrededor de 300 miembros de la Guardia Nacional –formada por militares profesionales y activistas de las anteriores protestas callejeras– realizaron un mitin frente a la sede de la oficina de la presidencia para exigir su desmovilización, tras cumplir seis meses adicionales al plazo para el que fueron convocados.

El nuevo ministro de Defensa, Stepan Poltorak, quien hasta ayer era el jefe de la Guardia Nacional y toma el relevo que deja el destituido Valeri Gueletei, está negociando con los soldados descontentos para evitar una rebelión mayor en las filas leales al presidente Petro Poroshenko justo ahora, la semana que el propio mandatario ucranio llamó crucial para consolidar el cese del fuego en Donietsk y Lugansk.

Aunque según datos de la Organización de Naciones Unidas ha habido al menos 331 muertos por ambos lados desde que comenzó formalmente la tregua, el 5 de septiembre, Poroshenko llega al encuentro que sostendrá en Milán con su homólogo ruso, Vladimir Putin, con dos muestras de su declarada intención de no reanudar las hostilidades: la ley sobre el estatus especial de los territorios dominados por los separatistas en Donietsk y Lugansk, aprobada hoy por la Rada, y un mapa que delimita la franja de seguridad, consensuado en principio por las partes beligerantes.

En la ciudad italiana –durante la cumbre Asia-Europa (ASEM, por sus siglas en inglés) que se llevará a cabo el jueves y viernes de esta semana– Poroshenko y Putin hablarán también del delicado problema del gas, tanto del precio para Ucrania como del tránsito hacia Europa por los gasoductos ucranios.

No se excluye que dicha reunión, o parte de la misma, tenga el formato de Normandía, como se ha dado en llamar al primer encuentro que mantuvieron este verano los presidentes de Ucrania y Rusia en la provincia francesa homónima, con la intervención como mediadores de la canciller federal de Alemania, Angela Merkel, y del presidente de Francia, François Hollande.

El titular del Kremlin, como gesto de buena voluntad, ordenó que las tropas adicionales concentradas en la región de Rostov, frontera con Ucrania, regresen a sus cuarteles en otras zonas de Rusia. Ya comenzó la retirada de los 17 mil 600 militares y su armamento, lo cual –de acuerdo con la televisión rusa– debería influir en que Estados Unidos y la Unión Europea empiecen a reconsiderar las sanciones contra Rusia.

Por otro lado, Aleksandr Zajarchenko, el hombre que Moscú respalda como líder de los secesionistas en Donietsk, se perfila como único candidato en las elecciones que, al margen de Kiev, quieren celebrar el próximo 2 de noviembre.

Se denegó el registro a otros aspirantes y no es claro si podrá participar su principal contrincante, Pavel Gubariev, quien se asocia con un influyente sector de los magnates locales que trata de conservar sus minas y fábricas, por cuanto apenas hoy recobró la conciencia en un hospital de Rostov, tras sufrir el domingo anterior una emboscada en territorio bajo control de los separatistas cuando regresaba de un viaje a Rusia. Gubariev se salvó de ser alcanzado por las balas, pero sufrió una severa conmoción cerebral cuando su vehículo se estrelló contra un poste.