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Rechazan su propuesta unilateral sobre una consulta independentista no vinculante

Partidos acusan a Artur Mas de romper la unidad en Cataluña

Los procesos de participación ciudadana tienen competencia legal: presidente de la Generalitat

Rajoy afirma que el gobierno catalán roza el ridículo y exige el respeto a la Constitución

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El presidente catalán Artur Mas (al centro) encabezó ayer una reunión de gobierno en el Palacio de la Generalitat, en BarcelonaFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 15 de octubre de 2014, p. 28

Madrid, 14 de octubre.

El presidente de Cataluña, Artur Mas, confirmó hoy que la consulta independentista convocada para el próximo 9 de noviembre no se podrá celebrar tal como estaba prevista en el decreto y, a cambio, propuso celebrar ese mismo día una consulta alternativa no vinculante con voluntarios.

Al menos tres de los cinco partidos políticos que forman el bloque a favor de la consulta acusaron al presidente catalán de romper la unidad y rechazaron esa propuesta presentada de forma unilateral.

Desde Madrid, el presidente del gobierno español, el conservador Mariano Rajoy, calificó a Más de ridículo, desquiciado y absurdo.

El presidente catalán compareció hoy ante los medios de comunicación durante dos horas y sin límite de preguntas para explicar el escenario de Cataluña y el cambio de estrategia que definió este lunes.

En la sede de la Generalitat, en Barcelona, Mas explicó que la consulta independentista no se celebrará según lo estipulado en el decreto, firmado el pasado 28 de septiembre, y explicó que tenía previstas dos posibilidades: una consulta no vinculante y sin amparo legal, o elecciones plebiscitarias con una lista única de los partidos a favor de la consulta.

No es que todo haya terminado

Mas defendió su nueva propuesta, tras reconocer el rechazo a su iniciativa en el interior del bloque que había planteado el referendo independentista. Seguimos adelante, no tan juntos como hace 10 días, pero seguimos adelante. La actitud del gobierno no es dar marcha atrás, ni considerar que no habrá consulta y que todo ha terminado. Por el contrario, estamos decididos a seguir adelante y celebrar la consulta el 9-N.

El mensaje del presidente catalán fue en todo momento de que vamos adelante, incluso reiteró que su gobierno está decidido a hacer la consulta el 9 de noviembre y que se hará con voluntarios de la sociedad civil y las infraestructuras del gobierno catalán y de los casi 900 ayuntamientos que respaldaron el proceso.

Me hubiera gustado que fuera con el mismo consenso, pero no es posible, añadió Mas, quien reconoció que su propuesta fracturó el bloque de los partidos a favor de la consulta, sobre todo tras las críticas recibidas por Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), la CUP e Iniciativa per Cataluña (ICV).

El mandatario catalán tenía hasta ayer el apoyo de la mayoría de formaciones políticas catalanas, que en su conjunto sumaban más de 70 por ciento de la sociedad de la región.

En el bloque a favor de la consulta están Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), Unión Democrática de Cataluña (UDC), ERC, ICV y la plataforma ciudadana CUP. Además de los miles de voluntarios y millones de simpatizantes que se congregaron afuera de la Asamblea Nacional Catalana desde 2011, cuando vino el auge del independentismo catalán, que se ha intensificado en los últimos dos años de gobierno del Partido Popular (PP) en España.

Esa alianza fue posible gracias a un objetivo en común: celebrar el próximo 9 de noviembre una consulta sobre la independencia con un amparo legal que permita que sea vinculante.

Tras la firma del decreto para convocar a la consulta, el gobierno español presentó tres recursos ante el Tribunal Constitucional, integrado por 12 magistrados, de los cuales 10 son nombrados a propuesta de los dos principales partidos políticos del país, el PP y el Partido Socialista Obrero Español. El alto tribunal admitió los recursos y suspendió de forma cautelar tanto la ley de consultas aprobada por el Parlamento catalán como la propia consulta convocada por el Ejecutivo.

Mas explicó ahora que la razón del cambio de la consulta es por imperativo legal, y subrayó que la comunidad autónoma sí tiene las competencias para celebrar procesos de participación ciudadana. Subrayó que las preguntas serán las mismas. Y profundizó en su estrategia: Ésta no es la consulta definitiva; incluso si se hubiera hecho la inicial tampoco lo sería, porque la consulta definitiva, plena y con totales garantías, sólo se puede hacer a través de elecciones con lista conjunta. Tenemos un instrumento muy útil y que es el que más temen en Madrid: elecciones ordinarias donde algunos partidos hacen candidatura conjunta y, si salen ganadores, el referendo se ha ganado.

Mas advirtió que desde Madrid se nos exigía que lo hiciéramos dentro del marco jurídico existente y así lo haremos. Al Estado español le preocupa esto. Necesitamos más gente que nunca, porque estamos un poco solos. El adversario real y poderoso es el Estado español que nos niega la consulta. Estamos actuando en legítima defensa, porque la agresión es muy grande.

Después de una reunión de urgencia de la Ejecutiva de ERC, su líder Oriol Junqueras compareció ante los medios para fijar su postura: pedimos a Mas que rectifique. La unidad se recupera volviendo al pacto del 12 de diciembre del año pasado, el de defender la consulta tal y como la teníamos prevista; hacemos un ruego para volver al camino de la unidad.

Junqueras consideró que el presidente Mas ha roto la unidad al proponer de forma unilateral un escenario nuevo no pactado, si bien se mostró partidario de colaborar, pues es obvio que los verdaderos adversarios y enemigos son el gobierno español y el PP. Insistió en que si hay mayoría parlamentaria para declarar la independencia, debería declararse; así como hubo mayoría para convocar una consulta, que debió mantenerse. Por eso cuesta confiar en quien no cumple los acuerdos, dijo en alusión al presidente Mas.

ICV y la CUP también acusaron a Mas de romper la unidad del pacto.

Desde Madrid el mensaje fue virulento. Diversos miembros del gobierno, encabezados por el presidente Rajoy, acusaron a Mas, al gobierno catalán y a los líderes políticos que defienden la consulta democrática de caer en el absurdo, de haber perdido el norte, de rozar el ridículo y de estar desquiciados.

Rajoy señaló: podemos hablar de todo, jamás me he negado al diálogo. La única condición, antes y ahora, es el respeto a la Constitución y a la ley.

Pero el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, insistió en que Mas ha traspasado el límite del ridículo al defender una ficción jurídica que no se merecen los catalanes ni el resto de los españoles.

Con 7.5 millones de habitantes, Cataluña aporta una quinta parte de la riqueza de España.