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Van 68 víctimas este año, de acuerdo con centro de la UAS; en todo 2013 sumaron 69

Violencia récord contra mujeres en Sinaloa: 11 asesinatos en septiembre

La procuraduría estatal tiene documentados 39 y considera que sólo 14 fueron feminicidios

Fracasaron campañas, señala especialista; para las autoridades, la alerta de género es un tabú

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En marzo pasado, unas 300 personas protestaron durante el carnaval de Mazatlán por el asesinato de una joven. De mantenerse la tendencia actual, la cifra de homicidios contra mujeres en Sinaloa superará la de 2013Foto Irene Sánchez
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 15 de octubre de 2014, p. 36

Culiacán, Sin., 14 de octubre.

Septiembre fue el mes de mayor violencia contra las mujeres de en Sinaloa en años recientes, con 11 asesinatos (en enero sumaron 10), de acuerdo con el Centro de Políticas de Género para la Equidad entre Mujeres y Hombres de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS).

En 2014 este organismo ha documentado 68 asesinatos de mujeres, la mayoría a balazos y el resto a golpes o cuchilladas. Se prevé que la cifra de crímenes podría superar la de 2013, cuando se perpetraron 65 homicidios de mujeres en Sinaloa.

La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) sólo tiene documentados en este año 39 homicidios dolosos del género femenino y apenas 14 fueron considerados feminicidios.

En 25 casos las mujeres fueron muertas a balazos, siete a cuchilladas, una estrangulada, una calcinada y cinco a golpes.

La Dirección de Averiguaciones Previas de la PGJE informó que 15 de los crímenes fueron perpetrados en Culiacán de enero al 19 de mayo.

Entre las asesinadas en septiembre están Denisse Eveth Gómez Pérez, María Antonia Ramos Ahumada, Anel Sarahí Gavaldón Valdez, Guadalupe Félix, Marcia Ramos Davisón, Paulette Velázquez, Sara Burgos Urías, Evlin del Rosario Félix Medina, Alexis Abigail Valle Arellanes, Blanca Ofelia Sánchez Montoya y una mujer no identificada.

Seis de estas víctimas tenían lesiones de bala. Las otras fueron ultimadas a cuchilladas o a golpes. Cuatro de estos homicidios se cometieron fuera de la capital del estado.

Gobierno victimario

Beatriz Rodríguez Pérez, doctora en ciencias sociales y directora del Centro de Políticas de Género, advirtió que la violencia contra las mujeres en Sinaloa ha aumentado porque los programas gubernamentales contra las actividades delictivas, especialmente contra la violencia hacia las mujeres, han fracasado.

Explicó que cuando los métodos o estrategias que el agresor usa para controlar dejan de funcionar, su violencia va en aumento hasta llegar al asesinato, que es lo último que se le puede hacer a una mujer que no hace caso, desde la perspectiva del victimario. La violencia contra la mujer es para controlarla; no es un robo ni otro delito, sostuvo.

–También tienen que ver el narcotráfico, la proliferación de armas y la impunidad, ¿no?

–Por supuesto. El armamentismo afecta aunque no haya narcotráfico, porque más de 65 por ciento de estos asesinatos se cometen con armas de fuego. Las campañas de despistolización deben orientarse a las armas que están en las casas y se usan contra las mujeres.

Se nos ha olvidado impulsar una campaña que permita identificar los riesgos de no tomar medidas a tiempo. Como están involucrados el amor, la promesa del cambio y todo lo que se da en las parejas, pensamos que (el agresor) va a cambiar, pero nadie nos enseña a valorar cómo se va generando un comportamiento cada vez más agresivo y alevoso, para que la mujer sepa cuándo tiene que correr, porque si no la van a matar.

Rodríguez Pérez manifestó que las campañas contra la violencia hacia las mujeres no van dirigidas a las víctimas, a quienes nadie protege. Si el Estado no está cumpliendo como garante de la seguridad para los ciudadanos, pues cuídate tú. Cuando menos hay que buscar alternativas y estrategias para la sobrevivencia, sostuvo.

–Y el gobierno también se pone del lado de los victimarios.

–Claro, está del lado de los victimarios al ser omiso y solapar, al estar en contubernio con los homicidas, al permitir tanta impunidad.

–¿Funcionaría declarar una alerta de género?

–Perfectamente, porque por obligación las instituciones tendrían que coordinarse, cosa que no hacen. Si se revisan las actas de las reuniones de los sistemas contra la violencia, del Cepavi (Consejo para la Prevención y Atención de la Violencia Intrafamiliar), los funcionarios sólo van a informar, pero no hay una estrategia de corresponsabilidad, de caminar por el mismo rumbo. No. Cada quien hace lo que quiere.

–¿Son reuniones para la foto nomás?

–Así es. Le he dicho a Consuelo Gutiérrez (directora de Cepavi) que cuando menos ha tenido la fortaleza de reunirlos, porque cuando yo estuve en el Cepavi nunca funcionó el consejo. Pero se reúnen para saber qué está haciendo ella, no para que digan qué hacen todos los involucrados.

La especialista explicó que no se ha declarado la aterta de género porque quienes están al frente del gobierno se preocupan más por la imagen que por la realidad.

Hay un prejuicio de que va a haber una mala calificación para el gobierno por ser omiso. Por eso no decretan la alerta. Cuando hay alertas sanitarias la gente dice qué bueno, van a erradicarlo. Pues es lo mismo con la alerta de género.