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Toman Baiji y su refinería que surte de energía a la capital iraquí

Milicianos sunitas del Isil avanzan hacia Bagdad

Gobierno del Kurdistán impide el paso a civiles que huían de Mosul

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Combatientes sunitas del grupo fundamentalista Estado Islámico de Irak y Levante (Isil) durante un patrullaje ayer, luego de tomar el control de Tikrit, la ciudad natal del ejecutado presidente iraquí Saddam HusseinFoto Reuters
The Independent
Periódico La Jornada
Jueves 12 de junio de 2014, p. 24

Bagdad, 11 de junio.

Milicianos sunitas avanzan hacia Bagdad después de tomar Mosul y capturar Tikrit, la ciudad natal del ejecutado presidente iraquí Saddam Hussein, mientras las fuerzas gubernamentales se desintegraban sin ofrecer resistencia. Soldados y policías iraquíes se deshicieron de sus uniformes, se vistieron de civiles y huyeron tras disparar unos cuantos tiros.

La ofensiva encabezada por el grupo fundamentalista islamita Estado Islámico de Irak y Levante (Isil) parece convertirse en un levantamiento general de la comunidad árabe sunita iraquí que perdió el poder cuando Irak fue invadido por Estados Unidos y sus aliados en 2003.

Los militantes del Isil tomaron este miércoles la ciudad de Baiji, a la orilla del Tigris, y su estratégica refinería desde donde se provee de energía a Bagdad. Unos 250 guardias que protegían las instalaciones se retiraron del lugar luego de que los milicianos llamaron a los jeques de la región a sus teléfonos celulares para advertirles que se retiraran o se prepararan para una lucha a muerte.

En Mosul, el Isil busca tranquilizar a la población: toca a las puertas de las casas y asegura a los habitantes que no les hará daño, además de decir a los burócratas que tienen permitido volver a sus puestos de trabajo.

Muchos habitantes de Mosul huyeron hacia Kurdistán al ver que su ciudad estaba tomada, pero tuvieron que volver porque el gobierno regional de Kurdistán no les permitió ingresar a su territorio.

Una mujer que no quiso dar su nombre aseguró que ya había huido con su familia cuando se dio cuenta de que era inútil y prefirió volver a casa antes que pedirle a los kurdos una compasión que no tendrán. Los conocemos bien porque visitamos su zona con frecuencia.

A pesar de que el Isil es conocido por su ferocidad y por practicar la segregación religiosa, el grupo no quiere ahuyentar a la gente, si bien tomó el consulado general turco en Mosul, y mantiene como rehenes al cónsul general y a otros 47 trabajadores de la legación, también turcos. Si esta situación de secuestro se prolonga, se incrementa la posibilidad de que Turquía se involucre en la crisis. El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, convocó a su gabinete a una reunión de urgencia para discutir el deterioro de la situación en Irak.

Es posible también que las fuerzas Peshmerga del gobierno regional kurdo intervengan para detener el avance del Isil. El ministro iraquí del Exterior, Hoshyar Zabari, quien además es un prominente líder kurdo, aseguró que la caída de Mosul es una amenaza seria y mortal. Añadió: podemos repeler a los terroristas, y así habría una cooperación más estrecha entre Bagdad y el gobierno regional de Kurdistán para expulsar a estos combatientes extranjeros.

Funcionarios iraquíes dijeron a The Independent que Irak cuenta con una fuerza antiterrorista capaz de resistir al Isil y recapturar Mosul, pero que tiene pocos elementos. La velocidad a la que las fuerzas regulares de seguridad se están colapsando –pues unos 900 mil hombres han desertado– hará difícil que materializar un contraataque antes de que más ciudades se pierdan.

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Pese a que críticos del ejército han acusado a la institución de ser una maquinaria corrupta diseñada para dar empleo a los simpatizantes del gobierno, su fracaso al ni siquiera intentar luchar fue sorprendente, sobre todo si se considera que superan en número a sus adversarios. Jasim Qaisi, habitante de Baiji, dijo a una agencia de noticias que los militantes advirtieron a la policía y a los soldados que no intentaran combatirlos. “Los milicianos contactaron a los más importantes jeques tribales de Baiji, vía teléfonos celulares, y les dijeron: ‘venimos a morir o a controlar Baiji, por eso recomendamos que les digan a sus hijos que están en la policía y el ejército que depongan las armas y se retiren antes de la noche (del martes)’”.

El Isil es un grupo bien organizado y liderado que prepara meticulosamente sus ataques y los complementa con atentados suicidas con bomba perpetrados por voluntarios extranjeros. Es posible que los antiguos oficiales y especialistas del servicio de seguridad Mujabarat de Saddam Hussein sean los responsables del buen entrenamiento del Isil.

Mosul es tradicionalmente el hogar de muchas familias militares. Un experto en ciencia política iraquí, que requirió el anonimato, afirmó: lo que ocurrió en Mosul es una victoria para el antiguo ejército de Saddam, al derrotar al ejército que se formó luego de que él fue derrocado.

Es evidente que el Isil ha sido capaz de explotar el sentimiento de persecución que impera entre los sunitas iraquíes, quienes realizaron protestas pacíficas a finales de 2012 y que no lograron ninguna concesión significativa del gobierno.

Un campamento pacífico de protesta en Hawaijah, capturado este miércoles por el Isil, fue atacado por el ejército iraquí en mayo de 2013 y más de 50 de sus ocupantes fueron asesinados. Las manifestaciones pacíficas se transformaron entonces en una oposición armada.

En las elecciones parlamentarias de abril pasado, el primer ministro Nuri Maliki se presentó como el líder de los chiítas que acabaría con la contra revolución sunita que se originó en la provincia de Anbar. Su campaña política triunfó en las urnas, pero se le juzgará responsable por el actual desastre en el que pequeños grupos de militantes han sido capaces de derrotar a las inmensas fuerzas de seguridad de Irak.

Maliki dijo que Mosul cayó debido a una conspiración y que los soldados que desertaron serán castigados.

Estamos haciendo preparativos y vamos a reagrupar a las fuerzas armadas que se encargarán de limpiar a Nínive de esos terroristas, afirmó.

El gobernante presiona al Parlamento para que declare el estado de emergencia, pero existen temores de que Maliki utilice sus facultades para incrementar su propia autoridad, y aún así no sea capaz de contener a la insurgencia. Hasta esta semana, parecía probable que Maliki cumpliera un tercer mandato como primer ministro, pero tras la pérdida de Mosul, Tikrit y Baiji, su futuro como líder iraquí, y el futuro mismo del Estado de Irak, están en duda.

© The Independent

Traducción: Gabriela Fonseca