Río de Janeiro, 10 de junio.

Sólo Arjen Robben sabe cuántas veces habrá repetido en sueños el mano a mano que tapó Iker Casillas con la punta del botín en la final de Sudáfrica 2010. Seguramente, en su cabeza, la jugada siempre acababa en gol.

Cuatro años después, Holanda se vuelve a ver con España, otra vez con Casillas en el arco, en un Mundial. El volante holandés no lo considera una revancha. El partido del viernes en Salvador de Bahía abre el grupo B, que completan Chile y Australia, pero no es una final.

El dolor queda para siempre, dijo Robben a medios locales sobre aquella derrota. “La revancha sólo sería posible si ambos equipos seguimos avanzando y nos volvemos a encontrar en la final.

Qué oportunidad perdida, siempre la llevo conmigo, dijo. Reveló que Casillas le comentó después que fue un milagro desviar el balón con el pie, porque no se daba cuenta de lo que estaba haciendo.

Holanda completó el martes su último entrenamiento en el viejo estadio del Flamengo en Río de Janeiro antes de viajar a Salvador. El técnico Louis van Gaal conoce perfectamente a España. En cierto modo, fue padre del famoso tiki-taka (o juego de toque). En su primera etapa como estratega del Barcelona (1997-2000) dio la oportunidad a jugadores como Xavi Hernández, Andrés Iniesta y Carles Puyol.

Van Gaal no ocultó en la práctica su apuesta por una defensa de cinco hombres, con dos laterales de largo recorrido. Un sistema que hizo mucho daño a la furia roja en el pasado, y que potencia la eléctrica velocidad de Robben en las salidas al contragolpe.

Creo que en este momento no somos capaces de jugar al tiki-taka o un futbol bonito, explicó el volante del Bayern Munich. Lo más importante es el resultado y el contragolpe es un arma que pensamos explotar en este torneo.

Holanda está andando un nuevo camino, que no seguirá Van Gaal tras haber aceptado la oferta del Manchester United. Sólo siete de los 23 seleccionados sobreviven del torneo en Sudáfrica. En España, por ejemplo, son 16. Robben, de 30 años, es uno de los veteranos en el vestuario. El de Brasil será su tercer Mundial y quién sabe si el último.

España mantiene un bloque muy estable desde hace años y los jugadores se conocen perfectamente, mientras que nosotros estamos más o menos empezando un nuevo proyecto tras la Eurocopa de 2012, dijo. Creo que vamos en la buena dirección.

En su opinión, hará falta algo más que el ánimo de revancha para frenar a España, que encadena tres triunfos al hilo de Eurocopa, Mundial y Eurocopa.

Llegará un momento en el que España deje de ganar. ¿Puede ser ahora? Es posible. Todo es posible en futbol, comentó. Ganar los tres torneos de forma consecutiva es gigante. Merecen todo el respeto.