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Nueva pieza del escultor y pintor que se exhibe en la explanada del Museo Tamayo

Crisálida explica el significado de la transmutación para Manuel Felguérez

Habla de la vigencia creativa y la magia de su pensamiento, expresó Tovar y de Teresa

Foto
El artista y su obra, la cual relaciona con Mural de hierro, porque ambos son un ejercicio de reflexiónFoto Francisco Olvera
 
Periódico La Jornada
Domingo 1º de junio de 2014, p. 3

Me considero un artista objetual: hago, construyo objetos. No soy conceptual, soy material porque trabajo la materia, dice el artista plástico Manuel Felguérez en el video que sirvió de presentación a su nueva obra, Crisálida: de la deconstrucción a la construcción, que fue develada por el pintor y escultor en la explanada del Museo Tamayo, donde permanecerá hasta el próximo 15 de junio y después será trasladada a Puebla, Monterrey y algunas ciudades de Estados Unidos.

A la ceremonia asistieron funcionarios como el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Rafael Tovar y de Teresa; la coordinadora Nacional de Artes Visuales, Magdalena Zavala; la promotora cultural Lorena Zedillo; el patrocinador y coleccionista Heberto Guzmán, y artistas como Vicente Rojo, Paloma Torres y Fernando González Gortázar.

A partir de la chatarra

Ya en su discurso, Manuel Felguérez, quien cumplió 85 años durante la realización de esta pieza, habló de la vinculación que existe entre Crisálida y Mural de hierro, que estuvo primero en el cine Diana y después se exhibió en el Museo Universitario Arte Contemporáneo.

“El mural fue como el principio de esta etapa. Este objeto llamado Crisálida tiene que ver con aquello, están en una misma relación”, y es que ambos partieron del mismo principio: el mural de un camión de chatarra y Crisálida a partir de un auto Volkswagen.

Crisálida, continuó el artista, fue la transformación de un automóvil en un objeto plástico. Las razones son muchas: acuérdense que este coche empezó llamándose escarabajo, y el paso del mundo de la mecánica al del insecto son elementos que me importan mucho. Un auto que recuerda a un insecto da para pensar muchas cosas.

La crisálida, por otra parte, es un gusano que se encierra en sí mismo, medita muy fuerte y se vuelve mariposa. Aquí estamos viendo la crisálida a la mitad del proceso: si fuera insecto acabaría en mariposa, pero como es una cosa mecánica espero que algún día acabe siendo una nave espacial.

Se relaciona con Mural de hierro porque ambos son un ejercicio de reflexión. Cuando hice el mural tuve una manera de trabajar, un proceso. En el arte los procesos son muy importantes siempre hay que verlo como parte de un proceso, y recordó cómo fue la creación del mural: alguien me regaló un camión de chatarra y comenzamos a construir con base en una toma de decisiones inmediatas, nos ayudaron quienes estaban construyendo el cine Diana, los trabajadores, los albañiles. Fue decirles corte aquí, péguele otro pedazo. El mural quedó terminado en un lapso de dos o tres meses.

En Crisálida vuelve a hacer lo mismo, sólo que no es pedacería lo que tiramos en el piso. Es un Volkswagen que se destazó, que se cortó en pequeñas piezas, tanto el motor como la carrocería.

Todas las partes del vehículo se encuentran en la escultura. No se eliminaron ni agregaron piezas, es lo mismo que tiene un Volkswagen. Es una escultura rara, que con esas características tiene que ver con muchas cosas del pasado, por un lado mi admiración al diseño del Volkswagen, realizado por Ferdinand Porsche, apoyado por Hitler (eso da un poco de vergüenza). Fue el coche del pueblo, que duró desde los 30 hasta 1995, cuando salió de la planta el último, después de vender en México 21 millones de coches.

En esta escultura está la nostalgia de que fue un objeto popular, y entonces me sale la parte matemática, que dice que el orden de los factores no altera el producto, así que son todos los elementos en otro orden y, a pesar de la transformación, debe recordar que fue un coche y se encuentra en plena transformación.

Dijo Tovar y de Teresa que Crisálida habla de la vigencia creativa y la magia del pensamiento de Manuel Felguérez, quien es uno de los integrantes del movimiento de la Ruptura. Junto con Vicente Rojo y José Luis Cuevas, entre otros, inició un nuevo movimiento que dio una nueva dinámica al arte mexicano. Manuel Felguérez pasa de lo figurativo a lo abstracto, de la pintura a la escultura del modo más creativo y genial.

Todo el proceso fue registrado, para dar forma a un documental que llevará el mismo nombre y que hablará de la pieza y del artista. El filme se realiza en coproducción con una casa española y se prevé sea llevado al circuito de festivales a finales de este año

Magdalena Zavala, coordinadora Nacional de Artes Visuales, precisó a La Jornada, que después de estar en la explanada del Museo Tamayo, la escultura irá a Puebla, Monterrey y después a Estados Unidos.