La voz de los obreros textiles y sus descendientes, la memoria y sus vivencias son recuperadas entre el sonido de las máquinas y grandes pacas de algodón en el documental comunitario Hice hilos y telas con las máquinas de la fama, sobre la historia de la fábrica textil La Fama Montañesa, de Tlalpan, la cual dejó de funcionar en 1998.

El estreno se realizó junto con la demanda de que el antiguo edificio que ocupaba la fábrica, considerado patrimonio histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia en 1985 y hoy utilizado como bodega de desperdicios por una cadena de supermercados, sea adquirido por el gobierno capitalino y convertido en un proyecto educativo y cultural que beneficie a la comunidad en Tlalpan, donde aún residen muchos ex trabajadores y sus descendientes.

Se busca la participación comunitaria, necesaria para lograr la adquisición de la antigua fábrica de hilados y tejidos La Fama Montañesa, y desarrollar un proyecto educativo y cultural, que beneficie a las comunidades que le rodean, se manifestó al difundir la proyección del video en la plazuela del barrio de La Fama, el pasado domingo.

Fundada en 1831, la fábrica ubicada al sur de la ciudad, entre manantiales y bosques, fue testigo de una historia obrera llena de contrastes, tanto por sus luchas contra la explotación laboral, como por las expresiones culturales y artísticas que emergieron en el lugar. Desde que llegaban las pacas de algodón se hacían los hilos y se elaboraban las telas, informan desde el primer momento del trabajo en video.

Dedicado a la memoria de don Ausencio Pineda y de Rubén Sánchez, la proyección del video se suma al impulso de la creación del Museo Comunitario de las Obreras y Obreros Textiles de La Fama Montañesa, como parte del 7 Encuentro Hispanoamericano de Cine y Video Documental Contra el Silencio Todas las Voces. También, el archivo de imágenes se encuentra disponible en Internet, en el portal YouTube.

Se trata de un fruto comunal, ya que fue realizado por voluntarios, vecinos, descendientes de obreros y aquellos que quisieron compartir sus experiencias. Su materialización se logró gracias al apoyo de concursos del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, así como de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal.

Sin embargo, “fue difícil lograr las entrevistas con los ex obreros, debido a la desconfianza imperante, en un entorno social que sigue dominado por un ambiente político cerrado, herencia del antiguo caciquismo y del charrismo sindical, que sigue imponiendo un ambiente social dividido, enemistado y sin libre expresión de las ideas”. El batiente, una máquina grande con afiladas cuchillas para desmenuzar el algodón, aparece desbocada desde las palabras de hombres canos, algunos más concentrados en años, y pareciera el recuento de tres generaciones marcadas por la espesura del blanco, que aparece en primer plano tomado por la cámara.

El documental de hora y media es la primera parte de una trilogía que se continuará durante este año y en 2015 comenzará una exhibición itinerante por Tlalpan y otros lugares. Como parte de la campaña, al finalizar las proyecciones el propósito es invitar a firmar un documento en el que se solicita al Gobierno del Distrito Federal (GDF) adquirir el predio para definir su futura vocación.