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Presentan los discos Alicia y Antonieta

Hay cada vez más y mejores cantantes, pero menos ópera
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La grabación de ópera mexicana es algo inusual, señaló el creador escénico Raúl Falcó durante la presentación de fragmentos de Alicia y Antonieta, de Federico Ibarra, en el auditorio Blas GalindoFoto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Domingo 6 de abril de 2014, p. 3

El compositor Federico Ibarra tiene una participación heroica en un país en el que hay cada vez más y mejores cantantes, pero menos ópera, afirmó el crítico musical Manuel Yrízar en la presentación de los discos Alicia y Antonieta.

Si sigue la ópera (en México) como va, así haya compositores como Federico (Ibarra), las cosas no van a caminar, señaló el especialista durante el acto que tuvo lugar la noche del miércoles en el auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes.

Editados por el sello Tempus Clásico, ambos álbumes recogen los títulos operísticos del mismo nombre escritos por el que es considerado el más importarte autor contemporáneo de ópera del país, con ocho obras.

Alicia, ópera de Ibarra, está basada en la conocida novela de Lewis Carroll, mientras Antonieta está inspirada en los trágicos últimos momentos de la mecenas Antonieta Rivas Mercado –cuyo rostro sirvió de modelo para el monumento del Ángel de la Independencia–, quien se suicidó en la Catedral de Notre Dame, en París, en 1931.

La presentación del par de materiales discográficos incluyó un concierto-mesa redonda en el que, en la parte del análisis crítico, intervinieron los escritores Vicente Quirarte, Julián Robles y Jorge Vidales; el director de orquesta Enrique Barrios y Manuel Yrízar.

La parte musical estuvo a cargo de los cantantes Grace Echauri, Violeta Dávalos, Leonardo Villeda, Víctor Hernández y Omar Nieto, acompañados por el coro de cámara de la Escuela Nacional de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México y al piano por Edith García Lascuráin, con escenas de ambos títulos operísticos.

En su condición de moderador, el creador escénico Raúl Falcó –coordinador de ambos discos– calificó a esos materiales como un acontecimiento para la música nacional, pues la grabación de ópera mexicana es algo inusual.

Manuel Yrízar definió a Ibarra como un hombre esencialmente de ópera y un maestro del género, con gran capacidad para adentrar al escucha a su universo sonoro y construir personajes entrañables.

Jorge Vidales destacó que al abarcar todos los géneros resulta difícil discernir cuál es la vertiente más fuerte de Federico Ibarra. Sin embargo, sostuvo que sus ocho títulos operísticos lo consolidan como el compositor contemporáneo más relevante en México dentro del género.

Sus óperas, agregó, son de una diversidad muy rica en argumentos y en música; en ellas pueden encontrarse lo mismo cuentos infantiles que historias de monjas poseídas, comedia que drama, y van de la ópera de cámara a la gran ópera.

El escritor hizo una disección de Alicia y Antonieta, marcando los profundos contrastes entre ambas óperas.

A la primera, la definió como una obra luminosa, quizá la más colorida de Ibarra, en la que el autor se vale de diferentes estilos y géneros musicales, así como de instrumentos poco convencionales dentro de una orquesta, como el clavecín, el acordeón y la flauta de pico para evocar el mundo surrealista y onírico de la trama.

De Antonieta recalcó que es una ópera de oscuridad, en la que la música de Ibarra sirve para ilustrar la trágica historia del personaje. Se trata de un eclecticismo musical que transcurre de lo sombrío y lo trágico a lo sarcástico y tragicómico.

Vicente Quirarte habló de Antonieta Rivas Mercado como un personaje histórico, mientras que Julián Robles evocó la manera en cómo Alicia cautivó al público en su entreno, ocurrido en julio de 1995, en el Palacio de Bellas Artes.