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Esta primera novela significa un despertar; me daba pudor mostrar mi imaginario, afirma

Sandra Barneda crea una alegoría de la vida en Reír al viento

Álex, la protagonista, viaja a Bali, donde descubre una evolución interior

La escritura ha sido terapéutica, me saca de la rutina de la información, expresa la también periodista española

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La periodista ya prepara su segunda novela, cuya protagonista será nuevamente una mujer, tema que mejor conoce, aseguraFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Lunes 17 de febrero de 2014, p. 8

Con su primera novela Reír al viento, publicada por Suma de Letras, la periodista Sandra Barneda (Barcelona, 1975) se desprende de prejuicios y miedos, y comparte su mundo imaginario sobre la búsqueda de la felicidad y cómo estar en paz con uno mismo.

“Reír al viento significa un despertar, superar un miedo, porque siempre había estado escribiendo, pero me daba pudor mostrar mi imaginario y tenía muchísimo temor, porque dentro del periodismo te escudas en la noticia, en las entrevistas, no cuentas tu vida.

El libro ha sido como descorchar una botella de champaña. La escritura ha sido terapéutica, me libera y me saca de la rutina de la información, de la política, de la economía, de todo eso y creo un mundo o trato de contar a través de personajes cómo me gustaría que los seres humanos viéramos la vida, explica en entrevista la autora española, quien ha trabajado en programas como El gran debate y De buena ley, en Telecinco.

Con la premisa de que siempre hay un lugar donde perderse para encontrarse, la escritora en Reír al viento crea una metáfora de la propia vida, y por medio del personaje de Álex invita al lector a reflexionar sobre esos momentos que dentro de la vida nos llevan a viajar hacia nuestro interior; eso lo descubrimos a lo mejor un poco tarde.

En la historia, Álex, la protagonista, está en pleno proceso de separación; siente que ha perdido la brújula y necesita rencontrarse. Para lograrlo, decide viajar a Bali, sitio mágico y fascinante donde tratará de sanar su vida.

“Hay momentos en la vida en que uno se siente perdido, no sabe a dónde va, no sabe cómo, es la llamada crisis, y eso ocurre en distintas edades de la vida, lo cual motiva la realización de un viaje inesperado.

Reír al viento, además de ser una novela de aventuras, es una novela circular. La protagonista viaja a Bali, le sucede todo lo que exteriormente es un viaje en una isla exótica, donde también suceden asesinatos y surf; los surferos, la amistad, pero por otro lado, el subtexto está en la isla, en esa espiritualidad a pie de calle y donde Álex es autora de libros de autoayuda, pero no cree en ésta y va descubriendo una evolución interior en ese viaje, y resolviendo cuestiones que tiene pendientes con su vida”, explica Barneda

Mediante los personajes de Raquel, de 28 años; María, de 35; Álex, de 43; Hera y Jud, de 45, y Blanca, de 65 años, la escritora habla de la belleza de la vida, aunque asegura que a veces “nos olvidamos de esa belleza y que el ser humano es portador de ella.

“En la vida siempre estamos en la queja, en juzgarnos, y no existe una valoración en la misma balanza de lo bueno y lo malo que tenemos, porque al final siempre se impone lo malo y el ‘no me lo merezco’, y así queda descompensada nuestra existencia”.

Antes de iniciar la escritura de la novela, la autora confiesa que tenía dos intenciones: “que el lector o lectora, cuando termine la lectura de Reír al viento, se sintiera con fuerza y optimismo en su vida y empezara a verla desde el lado positivo.

“Por otro lado, tenía claro que quería que fuera una novela que uniera generaciones de mujeres, por eso las protagonistas tienen distintas edades y se habla y se toca desde un punto de humor, divertido, de lo que son unas vacaciones con los principales temas que preocupan a una mujer como la maternidad, la culpa, el amor, el desamor, la enfermedad, la muerte, los padres, la amistad, la sexualidad y la independencia.

Todos esos tópicos los tenía muy claros, por eso decidí tocarlos desde distintas edades, porque no le puede suceder todo a Álex.

En las oficinas de la editorial Suma de Letras, donde se realiza la charla, Sandra Barneda recuerda que hace mucho tiempo en un funeral una persona cercana le comentó que en esta vida solo tenía la obligación y el deber de una sola cosa: ser feliz.

A los 18 años no lo entendía, y el problema, precisamente, es que no tomamos esto en serio; debemos ser felices, y eso depende sólo de nosotros.

La periodista ya prepara su segunda novela, cuya protagonista será nuevamente una mujer, pues asegura que cuando escriba su décima obra, tal vez sea capaz de meterse en la piel de un hombre, pero por ahora le resulta complicado, así que escribirá primero de aquello que mejor conoce.