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Están abandonados, pues faltan recursos para su reutilización

Incierto destino de inmuebles que pasaron a manos del GDF

Preocupa a vecinos la lentitud para aprovechar esos espacios

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Según la versión de los vecinos en este lugar se realizaban abortos y la venta de niños recién nacidosFoto Raúl Llanos
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En el hotel Oviedo se rescató, en 2010 a varias mujeres que eran sometidas a explotación sexualFoto Raúl Llanos
 
Periódico La Jornada
Lunes 17 de febrero de 2014, p. 39

Hasta hace unos años fueron centros de operación de la delincuencia organizada, donde lo mismo explotaban sexualmente a mujeres que vendían niños recién nacidos o deshuesaban autos robados. Hoy, esos hoteles de paso, departamentos, predios y hasta un hospital pasaron a ser propiedades del gobierno capitalino, gracias a resoluciones judiciales derivadas de procesos de extinción de dominio. Sin embargo, hasta la fecha buena parte de esos inmuebles están abandonados, pues la falta de recursos –según manifestaron fuentes del Gobierno del DF– ha impedido que se utilicen esos espacios para beneficio de la sociedad.

Vecinos del Hospital Central Oriente, en la delegación Venustiano Carranza, o de los hoteles Palacio, en la colonia Algarín, u Oviedo, en el Centro Histórico –a manera de ejemplo–, sabían que ahí se cometían diversos ilícitos. Aplauden la intervención del Gobierno del Distrito Federal (GDF), pero también manifiestan su preocupación por que ha pasado mucho tiempo de que se aseguraron esos lugares y no saben cuándo se les dará otro uso, como clínica, área cultural o algo similar.

En el número 491 de la avenida Ignacio Zaragoza, en la colonia Valentín Gómez Farías, de la delegación Venustiano Carranza, operó durante más de 20 años el Hospital Central Oriente. José N., vecino de la colindante calle 35, se refiere a la historia negra que rodeaba ese lugar: ahí se practicaban abortos ilegales y se vendían niños recién nacidos, a cuyas madres les decían que habían nacido muertos, pero después doctores o enfermeras los ofrecían al mejor postor, como ocurrió en 2008 con la hija de Vanesa Castillo, quien decidió presentar una denuncia penal, luego de que le dieron la misma justificación.

Fue así que en 2009 intervino la Procuraduría General de Justicia del DF, que investigó y logró cortar la cadena delictiva que ahí existía; promovió la extinción de dominio sobre ese inmueble, cuya acción validó, en enero de 2012, la Suprema Corte de Justicia de la Nación. A dos años de tener el GDF la propiedad plena de ese hospital aún no se sabe qué uso se le dará.

En un recorrido por ese punto, se corroboró que dos policías auxiliares resguardan el enorme edificio de cinco pisos, cuya fachada está grafiteada. José N., expresó que en algún momento se dijo que podría ser un hospital del GDF, que buena falta hace por aquí. Sin embargo, hasta hoy todo es incierto.

Situación similar se vive con los hoteles Palacio y Oviedo, cuyos procesos de extinción de dominio fueron favorables a la administración capitalina luego de corroborarse la trata de blancas y el narcomenudeo. En ambos lugares se rescató, en 2010, a mujeres que eran sometidas a explotación sexual.

Actualmente ambos inmuebles están abandonados; sólo los resguardan policías judiciales y, como en el caso anterior, los vecinos preguntan cuándo tendrán ahí un espacio que sea para los ciudadanos, más que para los delincuentes.