Sociedad y Justicia
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Ignacio Chapela, de la Universidad de Berkeley, expone el caso de dos mexicanos

Critica experto que científicos lucren con una nueva vía para dos biotecnológicos inservibles

Afirman que hallaron la manera de accionar de nuevo el BT y el Round up, que contaminan el maíz

 
Periódico La Jornada
Jueves 14 de noviembre de 2013, p. 41

Los dos productos transgénicos que ha desarrollado la industria de la biotecnología, el BT (gen que combate insectos en los granos) y el Round up (resistente a herbicidas) ya no funcionan, sostuvo Ignacio Chapela, investigador de la Universidad de California en Berkeley.

Sin embargo, dijo, científicos, como los mexicanos Alejandra Bravo y Mario Soberón, realizan estudios con los que prometen una nueva vía para seguir usando dichos productos creados por las transnacionales. Esto es poner la ciencia al servicio de la industria, criticó.

Según explicó, dichos estudios sirven para prometer que habrá un nuevo BT, que hay un modo de acción de esta toxina que no se conocía y que ellos descubrieron. Indicó que a partir de esto, los investigadores plantean la existencia de vías para inventar variedades de plantas, lo que es muy valioso para las empresas. Sé que para la industria poder decir que tiene la promesa de un producto da a los inversionistas y accionistas el ánimo para mantener el precio de las acciones, que es de donde obtienen dinero realmente. Necesitan una historia de éxito, luego de que la otra se les vino abajo.

El experto, quien en 2001 descubrió la contaminación del maíz mexicano con transgénicos, dijo en entrevista que estos investigadores tienen la patente US20100186123A1 con la empresa Pionner, con la que Alejandra Bravo afirmó en conferencia haber ganado unos 5 millones de dólares.

El BT y el Round up son desarrollos de la biotecnología que se aplican a la planta del maíz que actualmente se comercializa en el mundo. El maíz transgénico BT es el que Monsanto quiere sembrar comercialmente en México. Actualmente esos productos ya no funcionan porque los insectos se han hecho resistentes al BT y crecen supermalezas inmunes al glifosato, indicó el investigador.

De visita en México para participar en la preaudiencia científica Cultivos transgénicos: el caso de México, con énfasis en el maíz, Chapela explicó que Bravo y Soberón alteraron imágenes en 13 investigaciones científicas (mostró los estudios publicados, donde se observan los pegotes en las imágenes que fueron alteradas).

Estos expertos fueron sancionados en 2012 por el consejo interno del Instituto de Biotecnología de la UNAM –al cual pertenecen– por manipulaciones inapropiadas, sanción que fue revocada a petición de la Defensoría de los Derechos Universitarios.

Chapela añadió que hay otros casos en los que se desvirtúan evidencias, se inventan cosas y se suprimen otras, todo con el fin de promover el avance de la biotecnología de los transgénicos.

Dijo que otra historia es la de la empresa British Petroleum (BP), que igual que Monsanto y Dupont tiene un interés claro: hacer dinero, pero este no es el de la ciencia. Recordó que la explosión del pozo petrolero de BP en el Golfo de México, en 2010, fue un gran escándalo, pero la administración Obama tomó el control de la información y se las dio a sus científicos.”

En agosto, el New York Times reportó que se había acabado el problema a partir de un artículo científico publicado en Science por investigadores de la Universidad de Berkeley. Todos ellos pagados por BP; tengo información de que esa información fue inventada.