Opinión
Ver día anteriorJueves 14 de noviembre de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Muestra

Érase una vez yo, Verónica

T

ercer largometraje del realizador brasileño Marcelo Gomes, Érase una vez yo, Verónica sugiere, desde su título, el tono confesional de una joven que recapitula su experiencia atribulada como doctora en una popular clínica siquiátrica en la ciudad de Recife y los abnegados cuidados domésticos que dedica a su padre anciano, gravemente enfermo. A la par de esta doble actividad absorbente, se presenta la crisis existencial de la protagonista que ésta confía en primera persona a su grabadora. Verónica (Hermila Guedes) vuelca su atención a los demás y, paradójicamente, es incapaz de encontrar una clara definición de sus propias necesidades y anhelos afectivos.

El también realizador de la cinta Viajo porque preciso, vuelvo porque te amo (2009) propone un interesante retrato femenino, muy complejo en su relación con sus pacientes y colegas (lejos del trivial anecdotario del servicio de urgencias en Gray’s Anatomy, la serie televisiva estadunidense) y particularmente franco y emotivo en su contacto diario con una figura paterna que va desvaneciéndose paulatinamente, hasta dejarle bien abierto a la joven el reto de administrar de modo más consistente sus relaciones amorosas y su futuro profesional.

La cinta de Gomes es así el accidentado itinerario de la educación sentimental de Verónica. Desde una primera escena en la que varios cuerpos participan en una orgía festiva en una playa, hasta los actos sexuales a los que con mecanizado método se libra la joven, lo que explora el director y guionista es una vivencia de insatisfacción y vacío espiritual. Todo esto en las antípodas de los clichés comúnmente asociados con la sensualidad y el goce corporal en las costas brasileñas. Es perturbador ver cómo la doctora sensible e inteligente, enfermera devota de su padre, controladora del goce sexual de sus parejas, se vuelve poco a poco inerme y casi paciente de sí misma. El relato introspectivo de la joven en agudo desasosiego moral apunta hacia una posible liberación, eventualidad que el director deja finalmente abierta.

Cineteca Nacional, sala 1: 12 16:30 y 21 horas.