La cúpula empresarial adelantó que la poca efectividad que tendrán las reformas aprobadas, así como el incremento en el déficit público generan un cambio drástico en la perspectiva para el resto del actual sexenio, por lo que es necesario aprobar la reforma energética para buscar mayores fuentes de financiamiento.

El Centro de Estudios Económicos del Sector privado (Ceesp) señaló que si bien las reformas podrán generar cierto impulso del mercado interno, este será principalmente por el abundante gasto gubernamental que se planea para el siguiente año como consecuencia de los procesos electorales que se avecinan, y que no tiene mucho que ver con gasto productivo.

Aunado a esto, agregó, está la desconfianza generada por el drástico cambio en la perspectiva para el resto del actual sexenio, ya que ahora se anticipan cifras de déficit público mucho mayores que las previstas en el Programa Económico para 2013, lo que se convierte en una perspectiva nada alentadora para el financiamiento sobrante que se le deja a las actividades productivas y al consumo de los hogares.

En su análisis semanal, el organismo recordó que después de la crisis financiera internacional de 2008, los principales factores que podrían limitar el ritmo de crecimiento de la economía han sido la inestabilidad financiera internacional y la debilidad del mercado externo y de la economía mundial, mientras en el ámbito interno la ausencia de reformas estructurales ha sido el tercer factor de mayor preocupación.

Argumentó que esta percepción llevó a un constante ajuste a la baja de los pronósticos de crecimiento del PIB, de tal manera que después de que en octubre de 2012 se esperaba un avance de 3.56 por ciento para 2013, en mayo de este año la estimación era de 3 puntos porcentuales.

No obstante, reconoció que los indicadores no evolucionaron como se anticipaba y la revisión de los pronósticos aceleró significativamente su tendencia a la baja, ante la preocupación de que la economía de Estados Unidos no se recuperaba como se había previsto. Agregó que en especial se deterioraron por la incertidumbre que comenzó a generar la posibilidad de que, a pesar de que se aprobaran las reformas estructurales, estas no contuvieran los elementos básicos para impulsar el crecimiento, el empleo y el bienestar de la población.

El Centro señaló que pese a la fortaleza macroeconómica los hogares siguen sin percibir una mejora en sus niveles de bienestar, y las empresas aún no están convencidas de la existencia de un mejor ambiente de negocios.

Agregó que aunque existe la posibilidad de que las expectativas mejoren en los siguientes meses, principalmente debido a factores externos como que mejore la economía estadunidense, señaló que hay muchas opiniones en sentido de que con los cambios aprobados por el Congreso en materia tributaria es poco probable una mejora significativa del mercado interno, debido a los negativos efectos que tendrá sobre los hogares y las empresas la mayor carga impositiva.