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El actor dijo que confesará a su esposa este love affair con España: Nunca olvidaré esta noche

Concede San Sebastián el Premio Donostia a Hugh Jackman

No se está quieto; tiene 44 años ¡y nos falta mucho por ver!, expresó el histrión Diego Luna, parte del jurado del encuentro

Hoy concluye el certamen con una cinta de Jean-Pierre Jenuet

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El actor australiano Hugh Jackman atiende al llamado de los fotógrafos en la proyección de Prisoners, su cinta más reciente, en el festival de cine de San SebastiánFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Sábado 28 de septiembre de 2013, p. 7

San Sebastián, 27 de septiembre.

En el imaginario colectivo, el nombre de Hugh Jackman está inevitablemente asociado con Wolverine, esa imbatible máquina de combate con garras retráctiles creada por Marvel. Pero a lo largo de su carrera, el actor australiano ha sabido sobreponerse al poderoso mutante. Y hoy, el festival de San Sebastián le rindió homenaje concediéndole el Premio Donostia.

Hugh Jackman es un actor que, como decimos en México, no se está quieto, afirmó el cineasta e intérprete Diego Luna, integrante del jurado oficial y encargado de entregarle el galardón. Pero pese a sus múltiples premios, películas y actuaciones teatrales, lo más importante es que tiene 44 años, ¡y nos falta mucho por ver! Impecable con traje y camisa oscura, Jackman se mostró emocionado al ver al público que llenaba el auditorio Kursaal y afirmó que tendrá que confesar a su mujer el love affair que está viviendo con España. Nunca olvidaré esta noche ni el Premio Donostia. ¡Os quiero!, exclamó en castellano.

En una edición más bien escasa de estrellas, la llegada de Jackman devolvió el brillo y el glamur a la alfombra roja. Sonriente y haciendo gala de su habitual buen humor, antes de recibir el premio el actor contó ante los periodistas la ilusión que supone para él, también por lo especial que es San Sebastián en su familia.

Fue aquí donde su esposa, Deborra-Lee Furness, ganó en 1991 la Concha de Plata a la mejor actriz por Waiting. Deberían llamarlo el Jackman Festival. Y después de su paseo en esta mañana por San Sebastián, pese al recelo de los organizadores que temían una avalancha de seguidores, una cosa le queda clara sobre España: Si quieres que te dejen tranquilo, madruga.

El hombre que en 2008 fue declarado el más atractivo del mundo por la revista People se preguntó por qué eso de ser sex symbol no pasa cuando realmente uno lo necesita, con 18 o 19 años. Chistes aparte, declaró que se siente afortunado por haber trabajado con cineastas de la talla de Woody Allen (Scoop), Christopher Nolan (The Prestige) o Darren Aronofsky (The Fountain).

En cuanto al hombre-lobo Wolverine, su alter ego desde el año 2000, sabe que el personaje acabará trascendiéndolo. “Llegué a él por casualidad, era el personaje de X-Men que quedaba, pero estoy muy contento de haberlo hecho”, declaró. Y ante la pregunta de si no temía acabar como el mítico Bela Lugosi, si dejaba de encarnar al licántropo, se apresuró a exclamar: ¡Nunca dejaré Wolverine! El año que viene llegará la próxima entrega de la saga, X-Men: Days of Future Past, mientras, el actor nominado a un Óscar por Los miserables aprovechó también para presentar su trabajo más reciente: el thriller Prisoners, del canadiense Denis Villeneuve, que el pasado fin de semana lideró la taquilla en su estreno estadunidense.

En Prisoners, Jackman se mete en la piel de Keller Dover, un padre de familia enfrentado a su peor pesadilla: la desaparición de su hija pequeña el Día de Acción de Gracias. Sin ninguna prueba a la que aferrarse, el detective (Jake Gyllenhaal) se ve obligado a dejar en libertad al único sospechoso, pero Dover está dispuesto a todo y decide tomarse la justicia por su mano.

Villeneuve, quien opta al palmarés de mañana con la enigmática Enemy, contó que el cine es para él la forma de explorar los miedos más profundos, esos con los que no desea encontrarse en la vida real. Y en Prisoners debuta en Hollywood mostrando hasta dónde puede llegar el sufrimiento, pero sin regocijarse en la violencia que envuelve este oscuro caso.

En el caso de Jackman (Sydney, 1968), quien tiene dos hijos adoptivos, documentarse para esta película fue muy difícil, porque tuvo que ahondar en lo que sucede a las familias, padres y hermanos; eso resultó demoledor. Como padre, también se le hizo cuestionarse si ha preparado lo suficiente a sus hijos para la vida, aunque tiene claro que no quiere coartarles la libertad.

La entrega del Premio Donostia a Jackman, el segundo de esta edición –tras el de la española Carmen Maura– pone el broche de oro al certamen en vísperas de que se anuncie el palmarés. Este sábado, antes de conocerse los premios, cerrará el telón del Zinemaldia el director de Amélie, Jean-Pierre Jeunet, con The Young and Prodigious T.S.